Este viernes los ministros de Energía de la Unión Europea (UE) han cerrado un acuerdo político para intervenir el mercado eléctrico comunitario y aplicar diferentes medidas de emergencia para tratar de definir el reglamento que limitará el precio del gas ruso que importa el Viejo Continente, así como la aplicación de recortes a los beneficios extraordinarios de las empresas eléctricas. 

De este modo, tras un breve encuentro, los Veintisiete han anunciado su decisión de reducir el consumo de electricidad, disminuyendo la demanda eléctrica de la UE un 10%. Dentro de este porcentaje, la mitad, el 5%, debe producirse en horas punta. También se ha establecido una tasa de “solidaridad” a las compañías intermediarias de combustibles fósiles, de forma que se ha estipulado un gravamen del 33% a los beneficios extraordinarios de estas empresas, como petroleras y gasísticas.

Y, en tercer lugar, se ha establecido un límite de 180 euros por megavatio hora (MWh) al precio al que las productoras de electricidad inframarginales pueden comercializar la energía. El texto aprobado en un Consejo de Energía extraordinario no presenta cambios significativos respecto a la propuesta inicial y la Comisión Europea (CE) cifra en 140.000 millones de euros la recaudación que se conseguirá con estas medidas y que se dirigirá a aliviar a los hogares en un escenario de elevada inflación.

Por su parte, estas medidas serán formalmente adoptadas la semana que viene y entrarán en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE). Además, deberán tener una duración limitada y empezar a aplicarse como tarde el 1 de diciembre de 2022 y permanecer hasta el 31 de marzo de 2023.