La primera definición de la herramienta de inteligencia artificial (IA) más popular de los últimos años, Chat GPT, define el “invertir para ahorrar” como “estrategia financiera que implica destinar una parte de tus ingresos o ahorros a inversiones con el objetivo de hacer crecer tu dinero a lo largo del tiempo para alcanzar metas financieras […]
NacionalDirigentes Digital
| 30 nov 2023
La primera definición de la herramienta de inteligencia artificial (IA) más popular de los últimos años, Chat GPT, define el “invertir para ahorrar” como “estrategia financiera que implica destinar una parte de tus ingresos o ahorros a inversiones con el objetivo de hacer crecer tu dinero a lo largo del tiempo para alcanzar metas financieras a largo plazo como la jubilación, la compra de una vivienda, la educación de tus hijos o la construcción de un fondo de emergencia”.
Sin embargo, y atendiendo a las explicaciones de la Real Academia Española ahorrar e invertir conllevan dos acciones diferentes que, si bien ambas implican aplazar el consumo final, su intención es distinta. Mientras la primera implica “guardar dinero como previsión para futuras necesidades”, invertir conlleva “emplear, gastar o colocar un caudal”.
A pesar de que la aplicación de ambos métodos tiene como fin la disposición de cierto capital, a través del ahorro se reserva cierta cantidad de dinero para usarlo en un momento determinado, como una emergencia o una compra premeditada, mientras que, invertir, en cambio, implica generar cierto rendimiento a través de la cantidad inicial, produciendo una rentabilidad extra. Es por ello que expertos bancarios inciden en diferenciar bien estos conceptos para plantear la siguiente pregunta: ¿cuál es el objetivo que se pretende alcanzar?
Son múltiples los estudios que hacen referencia a ello. Es importante tener en cuenta el perfil de la persona, sus necesidades y la previsión de futuro de la cantidad que se planea invertir o ahorrar. El Observatorio de Ahorro y la Inversión en España publicado en 2019, a través de una encuesta online a 1.285 ciudadanos españoles de entre 35 y 60 años, con ingresos anuales de más de 35.000 euros, detectaba entre las principales razones para invertir o ahorrar las siguientes:
-> 81%: Contar con dinero para imprevistos
-> 80,4%: Mantener el nivel de vida en el futuro o jubilación
-> 74,1%: Ayudar a los hijos o educación de los hijos
-> 66,3%: Redeucir las deudas del hogar
-> 65,2%: Disponer de dinero para ir de vacaciones
-> 53,1%: Comprar una vivienda habitual
Independientemente de la razón que lleve al interesado a invertir su dinero para obtener ganancias, es importante tener una mínima educación financiera o, al menos, un cierto grado de familiarización y conocer los instrumentos de los que se puede disponer según el caso resulta clave en el proceso.
Como si de la salud financiera de una empresa se tratara, conocer la liquidez personal o familiar es fundamental a la hora de invertir para poder así planificar las necesidades y lo que se espera obtener de ello. Obteniendo una visión global del último año, aproximadamente, una persona puede valorar los tres aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de invertir: superávit, déficit o si los ingresos son iguales que los gastos, es decir, fondos cero. Pero también resulta significativo tener en cuenta imprevistos que pueden suceder en la vida cotidiana como averías del vehículo o reparaciones del hogar.
Una vez realizado un examen previo a la solvencia, saber dónde invertir es el siguiente paso. Existen productos financieros con los que los inversores se sienten más familiarizados como pueden ser los planes de pensiones o los fondos de inversión frente a otros como pueden ser las SICAV (Sociedades de Inversión de Capital Variable), los fondos de inversión libre o los EFT (Exchage Tradede Funds), fondos que cotizan en bolsa.
Según el Banco de España, a través de la última Encuesta de Competencias Finacieras realizada junto con la CNMV a una muestra de la población adulta de entre 18 y 79 años, los principales productos financieros destinados a la inversión, por detrás de las tarjetas de crédito (16%) y los préstamos personales (14%), que ocupan los primeros puestos, están las cuentas de ahorro (11%), seguido de los seguros de vida (9%) como médicos (8%).
No obstante, las inversiones en acciones (6%), los fondos de inversión (5%) y los productos de renta fija (1%) se posicionan a la cola de las preferencias de los españoles a la hora de obtener rentabilidad de sus ahorros.
Datos que se confirman según el nivel educativo del individuo, así como de la renta, especialmente, en el caso de las acciones y los fondos de inversión. Tan solo un 2% de ciudadanos con una renta del hogar por debajo de los 14.500 euros ha invertido en acciones en este último año, porcentaje inferior aún en el caso de los fondos de inversión con un 1%. En cambio, aquellos con una renta anual superior a los 44.500 euros invierte un 20% en acciones y un 13% en fondos de inversión.
Invertir para ahorrar es una estrategia financiera que implica destinar una parte de tus ingresos o ahorros a inversiones con el objetivo de hacer crecer tu dinero a lo largo del tiempo.