El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha asegurado que la entidad que dirige no ha costado dinero público al contribuyente, sino que ha contribuido a la solución de la crisis en más de 4.300 millones de euros a través de aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos (FDG), al Fondo Único de Resolución (FUR), […]
NacionalDirigentes Digital
| 05 sep 2018
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha asegurado que la entidad que dirige no ha costado dinero público al contribuyente, sino que ha contribuido a la solución de la crisis en más de 4.300 millones de euros a través de aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos (FDG), al Fondo Único de Resolución (FUR), el repago de las preferentes de banca cívica y la inversión en Sareb.
Durante su intervención inicial ante la Comisión de investigación del Congreso relativa a la crisis financiera de España y el programa de asistencia, el primer ejecutivo de la entidad catalana ha precisado que la forma menos “costosa” de resolver un banco es acordar la venta de sus activos y pasivos, o la mayor parte de los mismos, a otra entidad.
También subraya como elemento clave la seguridad jurídica para el comprador. “Es prioritario desarrollar legislación que libere de responsabilidades heredadas al comprador de un banco en proceso de resolución”, ha aseverado.
En caso contrario, si tras un proceso de resolución el comprador se ve obligado a responder por las contingencias generadas por actuaciones del banco rescatado como ha ocurrido con el último proceso protagonizado por Banco Santander y Banco Popular, es probable que la entidad compradora decida no acudir al rescate, privando al mecanismo de resolución de la alternativa más eficiente.
“En función de cómo se desarrollen las responsabilidades del último proceso de resolución habido en España, es posible que no aparezca ningún voluntario para hacerse cargo de la próxima entidad con problemas, sea en España o en Europa”, ha asegurado.
Para Gortázar, es esencial que se mejore el sistema de recuperación y resolución de entidades, ya que considera “inaceptable” que los contribuyentes paguen la factura de los problemas del sector bancario, ya que ese dinero es difícil de recuperar.
“Tenemos que evitar que algo así pueda repetirse”, ha apostillado el banquero, explicando que este tipo de rescates provoca además un “gran” daño a la reputación del sector, perjudicando no solo a los bancos rescatados que fueron responsables, sino a todas las entidades que no necesitaron ayudas e incluso aportaron “mucho” dinero de sus balances para contribuir a poner una solución.
No obstante, ha precisado que la naturaleza apalancada e interconectada de la banca hace que la insolvencia de una entidad, siempre que tenga un tamaño relevante, tendrá siempre efectos “muy negativos” más allá de las pérdidas que puedan sufrir los accionistas y los acreedores.
“La quiebra y la liquidación de un banco no solo destruye empleo, sino también afecta a sus clientes, aquellos que han recibido préstamos y a sus depositantes (…). La naturaleza sistémica de la banca no va a cambiar en las próximas décadas y no es realista planificar sobre otra base”, ha añadido.