El tejido productivo español ha tenido que enfrentarse a la crisis económica derivada de la pandemia sin haber resuelto antes otros problemas que arrastra desde hace años y que se hicieron evidentes en la recesión de 2008. Entre ellos, la polarización del empleo. Por un lado, este país cuenta con un alto porcentaje de población […]
NacionalDirigentes Digital
| 26 feb 2021
El tejido productivo español ha tenido que enfrentarse a la crisis económica derivada de la pandemia sin haber resuelto antes otros problemas que arrastra desde hace años y que se hicieron evidentes en la recesión de 2008. Entre ellos, la polarización del empleo. Por un lado, este país cuenta con un alto porcentaje de población activa con estudios superiores, como también lo es el porcentaje de personas sin ningún tipo de formación. El resultado: una población que no se termina de ajustar a las demandas profesionales que exige el mercado.
En la presentación del informe Claves de la contribución de la empresa para el empleo, elaborado por Samsung y la Fundación SERES, la colaboradora independiente, Ana Andueza, apuntó la elevada cantidad tanto de sobrecualificación (32,8%), como de infracualificación (43,2%), relegando a un segundo plano a la formación intermedia. A este respecto, el director general de la Fundación EXIT, Nacho Sequeira, puntualizó que, si estos porcentajes se representaran con un dibujo, se obtendría la forma de un reloj de arena. En un extremo la gente cualificada y, en otro, aquellos que solamente han recibido los estudios básicos.
En un contexto de aceleración de procesos digitales y automatización, que requiere mayor nivel formativo, el experto hizo hincapié en la necesidad de potenciar la formación dual entre las generaciones más jóvenes, que desemboque en un mercado laboral en forma de barril. A su juicio, esto conseguiría mitigar dos problemas que sitúan a España en el punto de mira dentro de la Unión Europea: el abandono escolar temprano y la alta tasa de desempleo juvenil. En cambio, para los adultos aconseja apostar por un upskilling o reskilling que les mantenga actualizados al tiempo que elevan su nivel formativo.
En estas circunstancias, la secretaria general de Formación Profesional del Ministerio de Educación y Formación Profesional, Clara Sanz, ha asegurado que desde el Gobierno ya están trabajando en la actualización de los títulos y la creación de otros nuevos, como la ciberseguridad o el big data, en línea con las exigencias del mercado, así como en la ampliación de plazas. Según los datos aportados por Sanz, los grados medios y superiores de FP destacan por su gran nivel de empleabilidad, con una tasa de paro que apenas llega al 5% en el primer caso y al 7% en el segundo. Por lo que el reto pasa por conseguir que la FP en España tenga el mismo reconocimiento del que goza en otros países europeos. “El éxito futuro de nuestra sociedad dependerá del grado de formación y cualificación de las personas”, remarcó al tiempo que subrayó la necesidad de “reflexionar” ante el cambio de paradigma que tiene lugar.
En esta línea, la directora y Lead académico de Innovación Social en el IE Business School, Concepción Galdón, hizo hincapié en una evolución “muy acelerada” en los tipos de empleo demandados por las empresas, que obligan a los trabajadores al aprendizaje continuo. “No solo es importante la formación en herramientas técnicas, sino que es fundamental la construcción de habilidades personales sólidas que actúen como sustratos de las herramientas”, añadió.
De manera paralela, la directora del proyecto Mujer e ingeniería de la Real Academia de Ingeniería, Sara Gómez, lamentó la “pérdida de vocaciones” de perfiles STEM (del acrónimo inglés ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) que se viene produciendo de un tiempo a esta parte. “Si no conseguimos que las generaciones presentes y futuras de hombres y, sobre todo de mujeres, se interesen por estas materias, habrá una minoría de élite que creará la tecnología y, por tanto, controlará su funcionamiento. Tendremos un futuro a la medida de unos pocos, pero al que tendremos que adaptarnos todos”, subrayó.