Cada vez son más las empresas que apuestan por nuevos modelos de trabajo basados en la sostenibilidad. Medidas como reutilizar materiales, reciclar o el uso de materias primas no contaminantes son algunas de las pautas que se marcan las empresas para contribuir a la mejora y cuidado del medio ambiente. Pero quizás uno de los […]
NacionalDirigentes Digital
| 19 may 2022
Cada vez son más las empresas que apuestan por nuevos modelos de trabajo basados en la sostenibilidad. Medidas como reutilizar materiales, reciclar o el uso de materias primas no contaminantes son algunas de las pautas que se marcan las empresas para contribuir a la mejora y cuidado del medio ambiente.
Pero quizás uno de los ámbitos en los que están trabajando las empresas para ser más sostenibles es en el transporte. Y es que el objetivo de cero emisiones no es el único por el que las compañías están apostando cada vez más por incrementar los vehículos de energías alternativas en sus flotas, como son los eléctricos, sino que las restricciones por zonas de bajas emisiones o las nuevas normativas legislativas están acelerando también el cambio hacia esta tipología de vehículos.
Ante este contexto, el renting flexible es actualmente la fórmula más segura para poder hacerlo teniendo todo el control. Y es que, según Northgate Renting Flexible, esta modalidad es una alternativa de movilidad con numerosas ventajas añadidas cuando hablamos de acceder a este tipo de vehículos, además de con las que ya cuenta como mantenimiento e impuestos incluidos en la cuota fija, así como un contrato sin permanencia ni penalizaciones.
Actualmente, comprar un vehículo eléctrico supone un alto desembolso, especialmente para aquellas empresas que necesitan una flota para desempeñar sus labores profesionales. De hecho, según la I Encuesta de Movilidad de Northgate, casi un 60% de los españoles no se compraría un vehículo de esta tipología por su alto precio. Sin embargo, con el renting flexible, las compañías pueden optar por vehículos eléctricos con todo incluido en una cuota mensual.
Los fabricantes están en continua innovación en las prestaciones y características de los vehículos eléctricos, lo que hace que lo que hoy es un vehículo de último modelo mañana pueda convertirse en un modelo antiguo. Es decir, que si una empresa compra un vehículo eléctrico ahora, puede que en un par de años considere necesario cambiarlo para acceder a nuevas prestaciones y hacer frente de nuevo a un gran desembolso. Con el renting flexible, que permite adaptar la movilidad a las necesidades que se tengan en cada momento, no existe este riesgo, ya que en ese caso se podría devolver el vehículo que ya no se necesite sin hacer frente a gastos por ello.
Como ocurre con el renting flexible de otro tipo de vehículos, en la cuota mensual están incluidos todos los gastos, desde impuestos, el seguro o el mantenimiento, hasta las reparaciones o servicios añadidos como el vehículo de sustitución. Por eso, eligiendo el renting flexible para pasarse a la movilidad eléctrica, los gestores de flota se pueden olvidar de sustos de última hora en sus gastos. Además de que las empresas y los autónomos que utilizan estos vehículos para trabajar, pueden deducir el total de la cuota del vehículo de renting en el IRPF o en el Impuesto de Sociedades según corresponda; y también el IVA dependiendo del uso que le den al vehículo, aunque normalmente pueden deducir el 50%.
Para aquellas empresas que no hayan contado nunca con un vehículo eléctrico en su flota, el renting flexible puede ser la solución para probar por un tiempo cómo es trabajar con un vehículo de esta tipología. Y es que pueden probar si les gusta conducirlo, que su autonomía es suficiente para realizar sus labores, aprender a cargarlo o conocer cuánto pueden gastar al mes en su recarga.
En conclusión, el renting flexible es una opción perfecta para dar el paso hacia la electrificación de las flotas de las empresas, ya que podrán contar con todas las ventajas que conlleva el renting flexible y sin tener que realizar una gran inversión ni atarse a un largo contrato del que luego puedan arrepentirse.