Los recientes resultados de los principales bancos españoles reflejaban cifras de cientos de millones, si no miles de millones. Tales cantidades refieren a entidades de gran tamaño, cuyos negocios se extienden, en algunos casos, no solo a España, sino a lugares tan dispares como Brasil, México o Turquía. Esta imagen de entidades descomunales tiene un […]
NacionalDirigentes Digital
| 21 feb 2020
Los recientes resultados de los principales bancos españoles reflejaban cifras de cientos de millones, si no miles de millones. Tales cantidades refieren a entidades de gran tamaño, cuyos negocios se extienden, en algunos casos, no solo a España, sino a lugares tan dispares como Brasil, México o Turquía.
Esta imagen de entidades descomunales tiene un reflejo en el tamaño de sus infraestructuras tecnológicas, que deben adaptarse a las operaciones que realizan cada día. De hecho, el software con el que operan los bancos se renueva en alrededor del 50%, según explica Ángel Pineda, CEO de Orizon, a DIRIGENTES.
Su compañía se dedica a “eliminar los problemas de rendimiento de la tecnología” que se producen en las distintas entidades españolas. Estas grandes empresas “invierten millones de horas de desarrollo al año” para mejorar su tecnología, pero como repiten tanto Pineda como José Manuel Desco, director general de Orizon, “eso no significa que funcione bien”.
La estrategia actual de los bancos en este sentido pasa por realizar desarrollos que funcionen, que se puedan entregar rápido y que sean baratos en cuanto al desarrollo. Esto conlleva que no se tienen en cuenta cuestiones como el consumo de recursos que hacen las distintas aplicaciones desarrolladas, o el impacto que puede tener en el cliente. “Las prioridades son entregar a tiempo y que funcionalmente cumpla su objetivo”, comenta Pineda.
La problemática que tiene esta forma de encarar el desarrollo tecnológico por parte de los bancos es que Orizon encuentra, de media, entre un 15% y un 20% de ineficiencias en cuanto a costes, que en algunos casos pueden llegar hasta el 30%. Este hecho es el que puede marcar la diferencia a la hora de rentabilizar la tecnología.
Lo que supone el proceso de transformación digital es que es un camino sin fin: “Al no parar de invertir, tampoco dejas de detectar y mejorar”. No obstante, ambos dirigentes descartan que los bancos acaben optando por internalizar funciones como las que realiza Orizon, dado que se necesita un equipo multidisciplinar e inversiones específicas que escapan del negocio bancario.
El análisis de Desco, es que “no tienen una cultura de optimización”, entendida como que los sistemas funcionen de manera adecuada utilizando la menor cantidad de recursos posible. En ese sentido, el director general explica que el mercado de software “no es un mercado de calidad, sino de subasta. Lo que significa que se desarrolla mucho y a precios muy bajos”.
En esa línea, asegura que las entidades “no saben medir” la eficiencia. La clave está en ir más allá de la funcionalidad. Por ello, esperan que el mercado continúe creciendo, aunque afirman que aún no existe competencia directa para este tipo de tareas. En cuanto a la entrada en el mercado de las fintech, con una base puramente tecnológica, desde Orizon descartan que el mercado o sus clientes se vayan a ver afectados.