Este miércoles 27 es el Día del consumidor europeo. Un mercado que ya asciende a los 500 millones de euros en el Viejo Continente, según datos proporcionados por HSBC, y que se enfrenta a un nuevo tipo de demanda. Casi uno de cada tres europeos tiene menos de 30 años y se prevé que el […]
NacionalDirigentes Digital
| 27 mar 2019
Este miércoles 27 es el Día del consumidor europeo. Un mercado que ya asciende a los 500 millones de euros en el Viejo Continente, según datos proporcionados por HSBC, y que se enfrenta a un nuevo tipo de demanda. Casi uno de cada tres europeos tiene menos de 30 años y se prevé que el gasto anual de los millennials en el hogar aumente a unos 50.000 euros en 2022, motivo suficiente para que las compañías tengan en cuenta este nuevo escenario.
Las pautas de consumo están cambiando. La irrupción de la tecnología, las redes sociales o la concienciación medioambiental son algunas de las variables que han hecho que la forma en la que entendemos los procesos de compra no vuelvan a ser iguales. Además, las diferentes compañías se enfrentan a unos clientes potenciales mucho más formados e informados.
Una de las cuestiones más importantes es ‘hacerles sentir bien’, tal y como explican desde HSBC. En la era de la economía compartida, muchos millenials prefieren gastar su dinero en actividades en vez de en cosas materiales. Esto se traduce en una oportunidad para las industrias tecnológicas y el comercio minorista, ya que a partir de una ‘escucha activa’ al cliente, podrán mejorar su ‘oferta experimental’.
Con esto, los jóvenes europeos dejan atrás el ‘consumo de masas’. “Un buen ejemplo son las pequeñas fábricas de cervezas artesanas, que en Europa prácticamente han triplicado su número en los últimos seis años hasta llegar a las 7.000”, cuentan desde HSBC. Por ello, la oferta debe ser mucho más personalizada. Y, además, para hacerla más atractiva, no será suficiente con los canales de comunicación tradicionales.
Cuando nos referimos a millenials y Generación Z, también hablamos de la ‘Generación Instagram’. Son personas totalmente adaptadas a la era digital, que se sienten cómodas comprando de forma online y que se ven influenciadas entre ellas a través de las redes sociales, plataformas que incentivan el consumo de determinados productos. Y no sólo cambia la demanda, sino los hábitos en los que se representa ésta. Ser sostenible es un punto positivo para los jóvenes. Empresas como H&M pretende utilizar materiales reciclados u otros materiales de fuentes sostenibles en un futuro próximo.
Este ecosistema hace que la adaptación de las estrategias y ofertas sean imprescindibles. “No solo lo que venden las empresas, sino la forma en que lo venden, será la fórmula crítica para el crecimiento sostenible a largo plazo”, cuentan desde HSBC.