Hay cambios de tendencia en cuanto a la movilidad en las grandes ciudades. Es evidente que coches eléctricos o híbridos aumentan, cada año, sus ventas. Sin embargo, y aún hoy por hoy, cuando las empresas firman un contrato de renting de vehículos, la opción diésel aún es mayoritaria en España (algo que ya no ocurre […]
NacionalDirigentes Digital
| 04 sep 2018
Hay cambios de tendencia en cuanto a la movilidad en las grandes ciudades. Es evidente que coches eléctricos o híbridos aumentan, cada año, sus ventas. Sin embargo, y aún hoy por hoy, cuando las empresas firman un contrato de renting de vehículos, la opción diésel aún es mayoritaria en España (algo que ya no ocurre en las ventas de vehículos a particulares, según veremos líneas más abajo).
Sin embargo, si se comparan cifras de matriculaciones en el sector renting de 2015 y 2017, ambas ofrecidas por la Asociación Española de Renting de Vehículos, no quedan demasiadas dudas: ha habido un claro descenso en la opción diésel por parte de las empresas. Y es que, si en 2017, los vehículos propulsados por diésel matriculados por empresas de renting supusieron un 72,32% del total, dos años antes, esa cifra fue del 87,89%. Al tiempo que esto ocurre, el hueco dejado por los diésel ha ido siendo ocupado por vehículos movidos por gasolina (en 2017 un 20,42 de las matriculaciones renting -un 11,19% en 2015). Y, también, por automóviles híbridos (de un 0,78 a un 1%), eléctricos (0,14 a 0,69%), GLP (de 0,17 a 0,31%).
En total, y según estos mismos datos, el canal de empresas de renting ha crecido un 19,31% en el acumulado hasta julio de 2018. El renting ya alcanza un peso del 33,57% sobre el total de las matriculaciones de vehículos realizadas por empresas. En cuanto a la inversión total, realizada en la adquisición de vehículos nuevos por las compañías de renting, suma, ya, los 3.303 millones de euros en los siete primeros meses. Esta cifra supone un 8,76% más que en el mismo periodo de 2017.
Las empresas si apuestan por el diésel
María Martínez Carrillo, dirige MasQRenting, una empresa comercializadora de renting de vehículos y bienes de equipo. Para ella, que un número importante de estas matriculaciones correspondan a vehículos de motorización diésel tiene su explicación “es un hecho que, pese a todo lo que se habla, y se escribe, sobre las limitaciones y prohibiciones que en un futuro cercano van a empezar a afectar a los vehículos con tecnología diésel, de momento las empresas españolas siguen apostando, de una manera mayoritaria, por renovar sus contratos de renting con vehículos diésel”. De nuevo los números hablan para darle la razón a la CEO de MasQRenting: de un total de 179. 875 contratos de renting de vehículos rubricados por empresas, durante los primeros siete primeros meses de este año, un 62,51% optó por un diésel. En cambio, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), sólo 2 de cada 10 compradores particulares optaron por el diésel. Ambos, empresas y consumidores privados, están informados de las circunstancias del mercado… sin embargo, cada uno de ellos decide -evidentemente- según sus circunstancias particulares.
La explicación está en los años
Luis Vergara es experto estratégico especializado en el diseño e implantación de soluciones a la medida de las necesidades de clientes. Según explica Luis “lo normal es que una familia, de media, compre un coche para que le dure unos 7 años. Sin embargo, las empresas firman contratos de renting de vehículos que suelen durar uno ó dos años. Esto les da cierta margen de protección acerca de que pueden tener una cierta seguridad de que una inversión, realizada con ánimo de ahorrar costes, como puede ser un renting de vehículos, no se les va a volver en contra al poco tiempo de firmar el contrato”. En este sentido las compañías valoran, que, por ahora, ningún ayuntamiento de España ha limitado la circulación de vehículos diésel modernos… precisamente, el tipo de vehículos diésel que ofertan las empresas de renting en sus contratos. Y es que, tal y como apunta, Mercedes Carrillo “además de que el parque automovilístico en España es bastante antiguo -la edad media supera los 12 años (14 años en el caso de los vehículos industriales)- y que los vehículos diésel que realmente contaminan son los antiguos, no los modernos, hay que tener en cuenta dos hechos que, normalmente, no suelen mencionarse. Por una parte, el trasvase de compras del diésel a la gasolina nos puede perjudicar a la hora de cumplir Kioto, puesto que los coches de gasolina emiten CO2, cosa que no hacen los diésel, que emiten otros gases. Además, varios fabricantes están trabajando para que los motores diésel emitan menos otros gases contaminantes”.
Sin elecciones a la vista no habrá más cambios legales
Hasta dentro de más de año no habrá elecciones municipales -lo que hace presuponer que los ayuntamientos no harán cambios legislativos sobre la materia (más allá de los ya previstos)- y que, en términos económicos, los vehículos diésel continúan siendo rentables (combustible más barato y reparaciones más económicas) se traduce, en palabras de Martínez Carrillo “en que las empresas, en sus contratos de renting, siguen apostando mayoritariamente por este tipo de vehículos. Es evidente, que el sentido de todas estas decisiones de compra podría cambiar si se modificara la situación legal actual. Sin embargo, esto aún no ha ocurrido, al menos de forma significativa”.
El 1 de enero de 2019
Éste será el día en el gobierno español legisle, por decreto, la subida del combustible diésel, haciendo que su precio se iguale al de la gasolina. Sin embargo, esa equiparación, según fuentes del Gobierno, se hará de forma progresiva durante los próximos tres años. Dicha subida, además de amparar medidas de protección medioambientales, supondrá un extra de recaudación para la Hacienda Pública de unos 1.800 millones de euros (a razón de 600 millones por cada uno de los tres próximos años). Esta nueva situación, sumada a las restricciones al tráfico para los vehículos Diesel más antiguos, programadas por los ayuntamientos de Madrid y Barcelona para los próximos meses, ha tenido, para Luis Vergara una primera consecuencia “las marcas ya han reprogramado sus cadenas de producción de vehículos hacia los combustibles alternativos, principalmente la gasolina”.
Pese a todo, y de momento, parece que las empresas siguen apostando por el diésel, a la hora de ampliar y modernizar sus flotas, en muchos casos, a través de contratos de renting. ¿El futuro próximo? Se verá.