En junio del pasado año se esperaba que la economía de Rumanía creciese un 5,1% en 2018, un 4,5% en 2019 y un 4,1% en 2020. Sin embargo, el informe “Global Economic Prospects: Darkening Skies” elaborado por el Banco Mundial proyecta un incremento del 4,1% para 2018, un 3,5% para el presente ejercicio y un […]
NacionalDirigentes Digital
| 10 ene 2019
En junio del pasado año se esperaba que la economía de Rumanía creciese un 5,1% en 2018, un 4,5% en 2019 y un 4,1% en 2020. Sin embargo, el informe “Global Economic Prospects: Darkening Skies” elaborado por el Banco Mundial proyecta un incremento del 4,1% para 2018, un 3,5% para el presente ejercicio y un 3,1% para el próximo año.
De cara a 2021, los vientos no soplan a su favor y la institución estima que solo subirá un 2,8%. Solo en el caso de Ucrania y Turquía, las previsiones se han revisado más severamente para 2019, en un 1,1% y un 2,4%, respectivamente.
¿QUÉ RAZONES EXISTEN?
El debilitamiento de las exportaciones y la falta de mano de obra, las mismas que afectaron la actividad económica en Bulgaria y Croacia, son los motivos de esta desaceleración de la economía rumana.
Polonia también hizo frente a una falta de mano de obra pero, en contraposición a este caso, sí se ha acelerado ligeramente debido al sólido nivel de consumo e inversión. Así, el banco Mundial aumentó su estimación en 0,8 puntos porcentuales en 2018 (al 5%) y en 0,3 puntos para este 2019 (al 4%).
RUMANÍA, UN EJEMPLO NEGATIVO
Si en el pasado, este país elevó el promedio de la región, el informe actual es un ejemplo negativo. En Europa y Asia Central, que incluye a Rumanía, la economía se desaceleró a un 3,1% en 2018, desde el 4% registrado en 2017, según estimaciones del BM, lo que refleja una reducción en la actividad económica y debilidad de Turquía (principalmente por los desplomes de la lira turca).
Excluyendo a Turquía, el crecimiento regional se mantiene sin cambios en el 2,9% en 2018, ya que la desaceleración de la actividad económica en países como Bulgaria y Rumanía se vio contrarrestada por la aceleración en el este de la región, que se benefició el año pasado del mayor precio del petróleo.
Además, Rumanía pone una nota discordante en la región y en lo que respecta a la inflación. Los países vecinos también enfrentaron precios más altos debido a la escasez de mano de obra y los precios más elevados de la energía, pero la política monetaria se mantuvo estable. “Una excepción es Rumanía, donde la robusta demanda doméstica ha llevado a la superación del objetivo de inflación, lo que desencadenó en una política monetaria más restrictiva”, señala el informe.