“El sector financiero es todo menos romántico. Pero en esta vida siempre hay excepciones y aquí la hay. Un héroe tecnológico capaz de unir a personas para conseguir grandes logros: hablo ni más ni menos del crowdfunding inmobiliario”. Así introduce Diego Bestard, CEO de Urbanitae, la introducción de esta red de financiación en uno de […]
NacionalDirigentes Digital
| 12 mar 2019
“El sector financiero es todo menos romántico. Pero en esta vida siempre hay excepciones y aquí la hay. Un héroe tecnológico capaz de unir a personas para conseguir grandes logros: hablo ni más ni menos del crowdfunding inmobiliario”. Así introduce Diego Bestard, CEO de Urbanitae, la introducción de esta red de financiación en uno de los sectores económicos más mediáticos del Siglo XXI.
El crowdfunding o micromecenazgo consiste en un mecanismo colectivo a través del cual las personas pueden otorgar donaciones económicas para financiar un determinado proyecto. Esta herramienta puede ser utilizada en casos como financiar una causa benéfica o para financiar un disco o videoclip de un artista. Pero también para recibir una compensación monetaria.
En el caso del sector inmobiliario esta opción ha sido recibida con una gran acogida. De hecho, ha crecido de forma exponencial en todo el mundo a partir de 2015. Es precisamente en este año cuando la tendencia dio el mayor giro: alcanzó los 2.600 millones de dólares, lo que representó un aumento del 150%, tal y como explica a DIRIGENTES Diego Bestard.
El CEO de Urbanitae asegura que el viento seguirá girando a favor del crowdfunding inmobiliario: “Se prevé que este mercado mueva en 2025 entre 90.000 millones y 100.000 millones de dólares a nivel mundial”. Reino Unido se proclama como el principal referente de este mercado.
España, por su parte, entra dentro de esta moda, que gira alrededor del globo terráqueo. “Es un mercado con gran potencial. En 2017 el volumen de inversión a nivel nacional fue de 42 millones de euros, un 110% más que el año anterior, y cada inversor destinó una media de 1.095 euros”.
Con todo ello, las razones económicas para invertir en este modelo de crowdfunding son varias. No obstante, también hay aspectos que evocan a la naturaleza humana. Al preguntar a Diego Bestard, éste es tajante: “El invertir en una casa gusta porque se puede ver, se puede tocar, se puede usar. Es algo visceral, algo humano, algo humano que llevamos dentro de nuestro código genético desde que hace unos 17.000 años los primeros homosapiens decidieron meterse en una cueva y considerarla suya”.
¿La regulación española facilita el desarrollo de esta actividad?
Está bien. Hemos decidido invertir en el crowdfunding inmobiliario. El primer paso lógico es conocer las trabas para afrontar esta nueva aventura. Respecto a este tema, el CEO de Urbanitae nos cuenta: “El camino regulatorio para instalarse como una plataforma de crowdfunding en España es muy complejo y muy muy largo. Nosotros llevamos un año y medio para entrar como plataforma regulada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y por Banco de España. Pero es un camino imprescindible. Esta inversión es una opción muy interesante, pero es fundamental que nos aseguremos de que la plataforma en la que realizamos nuestra inversión cumple con la regulación y está autorizada y supervisada por la CNMV”.
Con trabas o no, estas relativamente nuevas alternativas muestran la recuperación del sector inmobiliario. La inversión en este ámbito alcanzó los 200.000 millones de euros en 2018, casi un 57% más que en el año anterior. Según la consultora CBRE, España y Portugal fueron las únicas que crecieron el año pasado por encima del 50%. Así que, para los próximos años, parece que este sector no dejará de ser uno de los que más dé qué hablar.