La deuda pública española ha marcado un récord histórico, según los últimos datos disponibles, correspondientes a junio. Así, la administración central, las autonómicas y las municipales acumulan un pasivo de 1,163 billones de euros, tras una década consecutiva de incremento. Mientras, la deuda privada española no deja de reducirse desde 2009. En junio, se situó […]
NacionalDirigentes Digital
| 28 ago 2018
La deuda pública española ha marcado un récord histórico, según los últimos datos disponibles, correspondientes a junio. Así, la administración central, las autonómicas y las municipales acumulan un pasivo de 1,163 billones de euros, tras una década consecutiva de incremento.
Mientras, la deuda privada española no deja de reducirse desde 2009. En junio, se situó en los 1,59 billones de euros, una décima interanual menos que en junio de 2017 y un 26,7% menos que en el tercer trimestre de 2009. Desglosando este dato, Las familias cerraron junio con una deuda de 712.011 millones, el 1,3% más que en mayo y el 0,1% menos que un año antes, mientras que las empresas, cuentan con un pasivo de 880.815 millones.
Por otra parte, según desvela una publicación conjunta de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), el porcentaje de la renta que destinan los hogares al servicio de la deuda (pago anual de los intereses y amortización del principal) se sitúa en el 11,6%. Este dato supone su valor mínimo desde 1999 y un 7,3% menos que los máximos alcanzados hace una década.
El documento afirma que la deuda total de los hogares españoles supone el 99,4% de su renta bruta disponible, lo que representa 30 puntos menos respecto al diferencial con la eurozona hace diez años. Además, la publicación concluye que el ajuste que han realizado las familias españolas en los últimos años reduciendo su deuda las hace menos vulnerables ante una hipotética subida de tipos de interés y un cambio de ciclo.
Sin embargo, el desajuste respecto a la media comunitaria sigue siendo palpable y aún más respecto a la media de los países de la moneda única europea. Por ello, los responsables del documento mantienen su recomendación de no cejar en el proceso de desendeudamiento, asegurando que al proceso ayudaría un aumento de la renta disponible, cuya magnitud depende del ritmo de crecimiento del empleo y de la evolución de la productividad, en la medida en la que esta última condiciona la subida de los salarios.
Desde que el peso de la deuda de las familias alcanzó un porcentaje máximo del producto interior bruto (PIB) del 85% en junio de 2010, ha reducido su peso en casi 24 puntos porcentuales, hasta situarse a finales de 2017 en el 61,3%, lo que supone un desapalancamiento de 203.000 millones de euros. El intenso desendeudamiento ha recortado la brecha que existía tanto con la UE como con la eurozona, que llegó a alcanzar 20,4 y 22,4 puntos porcentuales en 2008, respectivamente, y que en 2016 se ha reducido a 2,5 y 6,8 puntos porcentuales.
En el ranking de la UE, la ratio deuda de los hogares respecto al PIB de España se sitúa en la posición novena. De las grandes economías europeas, Italia (41,5%), Alemania (53,1%) y Francia (57,2%) presentan menores niveles de endeudamiento, mientras Reino Unido (82,6%) aparece por encima de España.
El nivel de endeudamiento de los hogares españoles alcanzó en 2007, coincidiendo con el estallido de la crisis, un máximo del 134,7% de su renta bruta disponible, 40,8 puntos porcentuales por encima del promedio de la eurozona. Desde ese valor máximo ha caído 35,3 puntos porcentuales, hasta el 99,4% a finales de 2017, recortando la brecha con la deuda en diez años.