Los expertos definen presentismo laboral al hecho de estar presente en el puesto de trabajo pero dedicando ese tiempo a asuntos ajenos a la tarea encomendada. En base a esta definición, la V edición del Informe Adecco sobre Presentismo Laboral ha detectado un incremento de estas situaciones dentro de las organizaciones en el último año, […]
NacionalDirigentes Digital
| 17 oct 2018
Los expertos definen presentismo laboral al hecho de estar presente en el puesto de trabajo pero dedicando ese tiempo a asuntos ajenos a la tarea encomendada. En base a esta definición, la V edición del Informe Adecco sobre Presentismo Laboral ha detectado un incremento de estas situaciones dentro de las organizaciones en el último año, hasta el punto de afectar de manera considerable a casi la mitad de las empresas.
En concreto, el 43,75% de los encuestados reconoce el “abuso” de prácticas presentistas entre sus empleados, frente al 56,25% que asegura no haber observado ninguna incidencia de este tipo. Pese a esta ponderación, la tendencia a dedicar tiempo a asuntos personales parece ir en aumento, especialmente, cuando se analiza por rangos.
Si en el período 2010-2011 la cantidad de empresas que observa un presentismo máximo en su plantilla alcanzaba el 0,7%, esta cantidad se ha incrementado hasta el 4,3% a lo largo del último año. Lo mismo ocurre con aquellas donde este fenómeno se produce con “mucha intensidad” que se sitúa en el 14%, exactamente el doble que hace seis años. No obstante, el mayor incremento ha tenido lugar en los sitios donde la intensidad es media, que en una década han pasado de representar el 26% al 45%.
Entre las posibles causas que provocan este escenario, la consultora de Recursos Humanos plantea dos. En primer lugar, que el empleado se sienta más seguro y por eso dedique más tiempo a otros quehaceres ajenos a sus obligaciones laborales o que, en sentido contrario, no acaba de sentirse lo suficientemente confiado y por eso rellena ese tiempo con otras tareas.
De este tipo de comportamiento se deduce que o bien existe una posible desvinculación emocional fruto de las contrataciones temporales y los bajos salarios o justo todo lo contrario, una mayor seguridad laboral que conduce a mayores ausencias laborales. Este último caso también podría estar relacionado con una reducción conyuntural de la carga de trabajo que les dejaría más tiempo disponible.
De manera paralela, el estudio también concluye que la falta de flexibilidad y la organización del tiempo de trabajo dentro de las empresas españolas son otros de los factores que fomentan tanto el presentismo como el absentismo. De hecho, solamente el 39% de las compañías ofrece flexibilidad horaria a más del 25% de su plantilla. Un aspecto donde las pymes parecen haberse puesto las pilas.
Entre las prácticas presentistas más frecuentes, destacan la incorporación con retraso y/o la finalización de la jornada antes de tiempo (85%), el uso de Internet, email o redes sociales para asuntos personales (90%), las ausencias por tabaquismo (85%), las pausas demasiado prolongadas para tomar el café, desayunar o almorzar (89%).
De una muestra de 561 directores y responsables de Recursos Humanos, al ser preguntados por los métodos de control que llevan a cabo, el 20% ni siquiera los identifica, lo que refleja “la poca importancia” que en la práctica se le da a este fenómeno. Aquellos que en cambio si seleccionaron alguna opción, citaron los métodos de control de los horarios de entrada y salida (76%), las restricciones en el uso de Internet (38%) y del correo electrónico (28%). En cambio, son pocas las organizaciones que aplican horas límite a las reuniones (6%) o métodos como el apagado de luces (5%).
En cualquier caso, el informe arroja que una amplía mayoría de personas llega a compensar las horas de presentismo gracias a la flexibilidad. Y en los casos donde no existen este tipo de iniciativas, son los propios empleados quienes contrarrestan sus horas de presentismo por iniciativa propia, en el 63% de los casos. El 37% del tiempo restante se considera perdido y no recuperable.