El turismo accesible abre un nuevo paradigma para el sector

Tras hacer frente al año más complicado de su historia reciente, con retrocesos a niveles de 1990, la industria de los viajes mira hacia adelante siguiendo de cerca las tendencias que marcarán el turismo en la era pos-COVID. Entre ellas, favorecer una movilidad más inclusiva. “Garantizar la accesibilidad de los turistas con requisitos de acceso específicos puede suponer un cambio de paradigma para los destinos de todo el mundo que buscan recuperarse de los impactos de la pandemia”, aseguran desde la Organización Mundial del Turismo (OMT).

La propuesta nace en base a las proyecciones realizadas para 2050, cuando se estima que una de cada seis personas a nivel global tendrá 65 años o más. Esta proporción llega a ser incluso más elevada en el caso de Europa y América del Norte, donde una cuarta parte de la población total en estas regiones será sénior. A ello hay que añadir el hecho de que el gasto medio realizado por personas con discapacidad cuando viajan es superior (800 euros) a las del resto (600 euros), argumentan desde la OMT

En este sentido, el secretario general del citado organismo, Zurab Pololikashvili, precisa que “los entornos y servicios turísticos a menudo se diseñan sin tener en cuenta los diferentes requisitos de acceso que pueden tener los visitantes residentes de esos lugares”. Así, el dirigente aboga por priorizar la accesibilidad como un “cambio decisivo” tanto para destinos como empresas, que les ayuden a salir de la crisis y volver a crecer de una manera “más inclusiva y resiliente”.

En este contexto, la OMT ha elaborado de manera conjunta con la Red Europea de Turismo Accesible (ENAT, por sus siglas en inglés) y la Fundación ONCE de España, entre otros, varias directrices para la recuperación inclusiva, “que dejan clara la importancia” de situar este factor en el centro y ofrece consejos clave para lograrlo. El análisis toma como referencia los conocimientos del departamento de Ética, Cultura y Responsabilidad Social de la OMT y sus asociados. A este respecto precisan que “si bien se ha avanzado mucho, la publicación deja claro que las personas con discapacidad y las personas mayores se enfrentan a barreras que les impiden disfrutar plenamente de las experiencias turísticas”.

Esta iniciativa es la primera de una serie de directrices temáticas que buscan proporcionar orientación al sector. Así, ha establecido una lista con recomendaciones para que el turismo atienda las diferentes necesidades de acceso. Estas se apoyan en seis áreas principales:

Asistencia en una crisis

Incluir la accesibilidad durante cada etapa de la repatriación, lo que requiere el respaldo por parte de destinos y organizaciones a las personas con discapacidad.

Adaptación de los protocolos

Seguir las recomendaciones de la OMT sobre la implementación de los protocolos de salud y seguridad, de carácter general, ya que los clientes pueden tener capacidades o necesidades diferentes.

Inclusión en el turismo pospandémico

Esta premisa incluye el uso eficaz de datos para orientar las decisiones sobre la planificación del turismo accesible y el ajuste de las políticas y estrategias que reflejen la nueva realidad tras la COVID-19.

Accesibilidad en la planificación de negocios

Tratar la accesibilidad como una ventaja competitiva, mejorar el servicio al cliente y la aplicación de normas internacionales armonizadas para mejorar la calidad de vida de todas las personas.

Capacitación e inclusión de la plantilla

Ampliar la formación profesional para atender mejor a los turistas con capacidades diferentes y garantizar la igualdad de oportunidades de los profesionales del sector del turismo. 

Innovación y transformación digital

Adoptar la innovación para que los viajes y el turismo sean más seguros, inteligentes y fáciles para todas las personas.