Con una representación en el PIB que roza el 15%, no cabe duda de que el sector turístico representa un eslabón fundamentalde la economía española. Y aunque desde principios de año esta industria muestra síntomas de moderación en cuanto a la llegada de visitantes extranjeros, las cifras de empleabilidad parecen ir a contraconrriente. Según datos […]
NacionalDirigentes Digital
| 06 nov 2018
Con una representación en el PIB que roza el 15%, no cabe duda de que el sector turístico representa un eslabón fundamentalde la economía española. Y aunque desde principios de año esta industria muestra síntomas de moderación en cuanto a la llegada de visitantes extranjeros, las cifras de empleabilidad parecen ir a contraconrriente.
Según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) recopilados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, entre julio y septiembre el número de ocupados vinculados a las actividades turísticas ha alcanzado los 2.759.330 personas, lo que supone un crecimiento interanual del 3,7% que se traducen en un total de 98.415 empleados más con respecto al mismo trimestre del año anterior. O lo que viene a ser lo mismo: uno de cada cuatro empleos generados en dicho período fue para actividades relacionadas con el turismo.
En el cómputo total, el sector turístico ha contabilizado más de tres millones de trabajadores en activo, un 2,3% más que en el mismo período de 2017. Unos número que a juicio de la ministra de Turismo, Reyes Maroto, confirman la fortaleza de este mercado. “Desde el ministerio trabajamos para reforzar el liderazgo del turismo español”, ha añadido en el marco de la World Travel Market, que se celebra estos días en Londres.
No obstante, el comportamiento de los diferentes segmentos ha sido desigual. Así, mientras que en hostelería han crecido, en los servicios de transporte de viajeros ha hecho todo lo contrario. En conjunto, han supuesto el 14,1% del empleo total de la economía española, aumentando tanto los asalariados (+3,8%) como los autónomos (+3,5%) que trabajan para este sector.
Durante el período estival, esta tendencia se ha extendido por casi toda la orografía española a excepción de algunas comunidades interiores como Castilla y León, Aragón y La Rioja. Aunque también ha afectado a Asturias y Cataluña, región esta última afectada por la inestabilidad política que atraviesa.