Un producto tan asociado a la dieta mediterránea y a España, como es el aceite de oliva, está viviendo una tendencia de consumo cada vez menor. De hecho, a nivel mundial, lleva años cayendo tanto en los países consumidores y productores (como es el caso de nuestro país), como en los nuevos consumidores (Estados Unidos). […]
NacionalDirigentes Digital
| 27 may 2019
Un producto tan asociado a la dieta mediterránea y a España, como es el aceite de oliva, está viviendo una tendencia de consumo cada vez menor. De hecho, a nivel mundial, lleva años cayendo tanto en los países consumidores y productores (como es el caso de nuestro país), como en los nuevos consumidores (Estados Unidos).
El olivar tradicional supone casi un 70% del total cultivado en España. Este sector ha experimentado una fuerte expansión a nivel internacional, con más de 11,6 millones de hectáreas de olivar repartidas por 64 países productores. No obstante, el precio medio en origen está en 2,4 euros por kilo, por debajo del coste medio, que se sitúa en los tres euros.
Esto ha llevado a una reducción en la rentabilidad, hasta el punto de que podría provocar la desaparición del 20% del total de olivar cultivado en España, tal y como concluye el Informe Salvemos el buen aceite, realizado por el analista oleícola Juan Vilar y encargado por Deoleo. Un hecho como este podría desbancar a España como principal productor y exportador mundial de la primera posición.
El informe señala también que la alta productividad española es posible gracias a las buenas condiciones del terreno, el crecimiento de superficie cultivada por la conversión de olivar en plantaciones más eficientes, la profesionalización así como el empujón que dan las administraciones públicas para impulsar el sector. Sin embargo, la desaceleración económica y una pérdida del poder adquisitivo generan un menor consumo en alimentación, siendo el aceite de oliva uno de los afectados.
Para que este sector siga siendo sostenible y que no desaparezca parte del olivar Juan Vilar señala que “es posible, y necesario, revertir esta situación. Hace falta el compromiso de todos los agentes del sector para mantener un tipo de olivar que tiene un importante papel social, económico y medioambiental, que es típicamente español y que, por su singularidad, aporta una enorme riqueza y variedad a la oferta de aceite de oliva”.