El sistema alimentario actual no funciona para todos y es insostenible para el medio ambiente. La agricultura industrial ha convertido a la agricultura tradicional en una de las principales fuentes de contaminación y emisiones de gases de efecto invernadero, y está impulsando la extinción de especies. Es vital encontrar una solución adecuada que pueda ayudar […]
NacionalDirigentes Digital
| 26 sep 2022
El sistema alimentario actual no funciona para todos y es insostenible para el medio ambiente. La agricultura industrial ha convertido a la agricultura tradicional en una de las principales fuentes de contaminación y emisiones de gases de efecto invernadero, y está impulsando la extinción de especies. Es vital encontrar una solución adecuada que pueda ayudar a combatir los efectos del cambio climático.
Según la Fundación Ellen MacArthur no solo producimos alimentos de una manera que no funcionará a largo plazo, sino que también desperdiciamos casi un tercio de ellos, mientras que casi el10% de la población mundial pasa hambre.
Además, los eventos mundiales recientes, como el Covid-19 o la guerra de Rusia y Ucrania, han resaltado aún más la necesidad de un enfoque más circular para la gestión de alimentos.
Durante años, hemos confiado en el transporte transfronterizo de alimentos de todo el mundo para llegar a nuestros platos, pero esto plantea serios desafíos ambientales, debido a la naturaleza contaminante del transporte. Adoptar los principios de una economía circular significaría localizar la producción de alimentos, eliminando la necesidad de viajar miles de kilómetros para llegar a los supermercados.
Según el informe Cities and Circular Economy for Food de la Reunión Anual del Foro Económico Mundial 2019 en Davos, dado que el 80 % de todos los alimentos se consumirán en las ciudades para 2050, es muy importante impulsar el cambio hacia un sistema regenerativo apto para el largo plazo. Surgen tres ambiciones principales: obtener alimentos cultivados de forma regenerativa y localmente cuando corresponda; aprovechar al máximo los alimentos (utilizar los subproductos de manera más eficaz, evitar el desperdicio); diseñar y comercializar alimentos más saludables.
Si se consigue esto para 2050 podría generar beneficios generales por valor de 2,7 billones de dólares al año. Además, habría unas mejoras ambientales que incluirían una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de 4.300 millones de toneladas equivalentes de CO2, una reducción de los costos de salud asociados con el uso de pesticidas de 550.000 millones de dólares, junto con otros beneficios para la salud, y una oportunidad económica para que las ciudades reduzcan los desechos comestibles y hacer un mejor uso de los subproductos alimentarios, por un valor de 700.000 millones de dólares.
La Fundación Ellen MacArthur cree que con la economía circular, podemos construir un sistema alimentario que asegure que nuestra comida nunca genere desperdicio y apuesta por la producción regenerativa de alimentos, es decir, cultivarlos de manera que generen resultados positivos para la naturaleza, como suelos sanos y estables, una mejor biodiversidad local, una mejor calidad del aire y del agua.
Mediante el uso de métodos agrícolas regenerativos como la agrosilvicultura, se absorberá más CO2 de la atmósfera, lo que mitigará nuestras emisiones de gases de efecto invernadero y ralentizará los efectos del cambio climático. Estas prácticas ecológicas también ayudarán a apoyar los ecosistemas locales y el entorno natural, produciendo cultivos de alta calidad y ricos en nutrientes. La naturaleza regenerativa y restauradora de una economía circular significará que podremos mantener los recursos en uso durante más tiempo, disminuyendo así la cantidad de desechos que terminan en los vertederos y que no solo tienen un impacto en los ecosistemas locales, sino que los desechos sólidos también pueden emitir gases de efecto invernadero nocivos, por lo que reducirla cantidad que enviamos allí tendrá beneficios de gran alcance para nuestro planeta.