Las heridas que continúa dejando la inflación alcanza a un sector que, en pocas ocasiones, se salva de las peores consecuencias. Las pequeñas y medianas empresas están siendo una de las grandes perjudicadas del bucle inflacionista, muy por encima de aquellos negocios de mayor tamaño que lo enfrentan con un respaldo económico mucho mayor. El […]
NacionalDirigentes Digital
| 21 abr 2022
Las heridas que continúa dejando la inflación alcanza a un sector que, en pocas ocasiones, se salva de las peores consecuencias. Las pequeñas y medianas empresas están siendo una de las grandes perjudicadas del bucle inflacionista, muy por encima de aquellos negocios de mayor tamaño que lo enfrentan con un respaldo económico mucho mayor.
El barómetro publicado por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), muestra la delicada situación que están viviendo la gran mayoría de estas empresas. Mientras que el 95% de estas han visto sus cuentas gravemente afectadas, el 60% asegura que su estado es altamente preocupante, obteniendo unos beneficios prácticamente inexistentes.
Una sucesión de acontecimientos que ha provocado que las pymes se vean obligadas a aumentar los precios de cara a su clientela. Un declive histórico, que ha supuesto los elevados costes de producción, la subida de los suministros, la luz o el carburante, creando de este modo, una fuerte incertidumbre entre miles de negocios que no tienen claro su futuro a corto y medio plazo.
Resulta incongruente comparar una pyme con una compañía de mayor tamaño, y ya no solo por la envergadura económica que respalda a unas y a otras, sino también por el asesoramiento jurídico y financiero que unas y otras reciben. Es imposible que, ante semejante opresión, el pequeño y mediano negocio no se vean obligados a subir sus precios para, sino compensar, al menos contrarrestar las pérdidas, situándoles una posición que inevitablemente se verá afectado en sus ventas.
Teniendo en cuenta que el 99% del tejido productivo español son pymes, ante un escenario como este, la situación se vuelve cada vez más siniestra. La patronal misma, declaraba esta semana que la inflación está deteriorando los márgenes empresariales de estas, afectando su viabilidad.
Es una realidad. Muchas de estas empresas asumen que no podrán seguir inmersos en la continua subida de los costes, especialmente, debido su modelo de negocio. La competitividad existente en el mercado, sumado a la imparable subida de precios, hace que un pequeño empresario no pueda luchar contra un contrario que sí puede seguir asumiendo altos costes sin tener que aumentar a su vez, sus precios.
Un estancamiento o reducción en las ventas de las pymes que no hace más que influir, negativamente, a la economía de todo el país.
El pequeño y mediano comercio no solo no espera una mejora a corto plazo, sino que muchos temen que la situación siga yendo a peor. La preocupación por el precio de la energía, en un contexto como el actual, se sitúa entre los principales temores de los empresarios de menor tamaño.
El precio de la luz en España, está a niveles nunca antes vistos, por lo que el temor que genera entre las pymes españolas, es muy superior al del resto de la UE que, si bien también están sufriendo los efectos negativos de la guerra y la elevación de costes, esta problemática se mantiene más regulada.
Otra de las grandes preocupaciones de las pymes y que, a su vez, impacta muy negativamente en la economía del país, es la escasa contratación que realizan. Aún en proceso de subsanación de la covid, el porcentaje de empleos producidos por este sector empresarial, sigue siendo muy bajo. Se estima que un 60% de las pymes españolas no contrató a nadie en el pasado año. Un porcentaje que, este año, se espera que aumente un 10%.
Con la ofensiva rusa dominando los precios del gas y el carburante, la nube negra de la inflación dominando el panorama económico y la ausencia de medidas del Gobierno, más de la mitad de las pymes augura un futuro poco esperanzador de cara a este 2022. Las más optimistas no apuestan por un crecimiento en un plazo corto de tiempo; otra inmensa mayoría espera tan solo poder seguir luchando por su negocio.
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