El consumo de alimentos insalubres cuesta a las economías de ingreso bajo y medio alrededor de 110.000 millones de dólares al año, tal y como se desprende de un informe elaborado por el Banco Mundial. Las enfermedades alimenticias afectaron a 600 millones de personas y causaron 420.000 muertes prematuras en 2010. El organismo presidido por […]
NacionalDirigentes Digital
| 26 nov 2018
El consumo de alimentos insalubres cuesta a las economías de ingreso bajo y medio alrededor de 110.000 millones de dólares al año, tal y como se desprende de un informe elaborado por el Banco Mundial. Las enfermedades alimenticias afectaron a 600 millones de personas y causaron 420.000 muertes prematuras en 2010.
El organismo presidido por Jim Yong Kim cita los diferentes costes que supone el elevado número de enfermos. El más fácil de cuantificar es la pérdida de productividad: supera los 95.000 millones de dólares al año en los países de ingreso bajo y medio. Por su parte, los gastos médicos relacionados con las enfermedades transmitidas por la alimentación ascienden a 15.000 millones de dólares.
La inocuidad de los alimentos recibe “poca atención a la hora de formular políticas, y no se destinan “suficientes recursos a esta cuestión”, cuenta Juergen Voegele, director superior del Departamento de Prácticas Mundiales de Alimentación y Agricultura del Banco Mundial. Ante este escenario, Voegele muestra las virtudes de cambiar la forma en la que se mira asunto: “Al centrar la atención más deliberadamente en la inocuidad de los alimentos a nivel interno, los países pueden fortalecer la competitividad de sus agricultores y de la industria alimentaria, y desarrollar su capital humano”.
Y es que todavía se pueden enumerar más gastos relacionados con esta partida, aunque son más difíciles de cuantificar. Algunos de ellos serían la pérdida de ventas por parte de las explotaciones agrícolas y las empresas, los ingresos comerciales que se dejan de percibir o la carga ambiental que significa este desperdicio.
¿POR QUÉ OCURREN ESTAS ENFERMEDADES?
Los rápidos cambios demográficos y de alimentación están contribuyendo a exponer, en mayor medida, a las poblaciones a peligros transmitidos por los alimentos. Para ello, el Banco Mundial recomienda “invertir en conocimientos fundacionales, recursos humanos e infraestructuras; establecer sinergias entre las inversiones en inocuidad alimentaria, salud humana y protección del medio ambiente, y utilizar la inversión pública para movilizar la privada”.
LOS LÍDERES MUNDIALES RESPONDEN CON 1.000 MILLONES
Con el fin de cubrir las mayores necesidades y transformar la manera en que se financian la salud y la nutrición en 50 países, la campaña de reposición de fondos del Mecanismo Mundial de Financiamiento (GFF) ha prometido una contribución de 1.000 millones de dólares. A esto se sumarían otros 75.000 millones de recursos de la Asociación Internacional de Fomento y del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento para la salud y la nutrición de mujeres, niños y adolescentes.
El GFF cuenta con el apoyo financiero de países e instituciones como Alemania, la Comisión Europea, Costa de Marfil, Japón, Canadá o Fundación Bill y Melinda Gates.