El sector del automóvil necesita experimentar una auténtica metamorfosis para adaptarse a las exigencias medioambientales. Se encuentra en medio de ese camino, en el que tanto los productores como los consumidores se enfrentan, de primeras, a nuevas tasas que repercuten en la compraventa de vehículos. El nuevo Reglamento europeo que entró en vigor en septiembre […]
NacionalDirigentes Digital
| 18 dic 2018
El sector del automóvil necesita experimentar una auténtica metamorfosis para adaptarse a las exigencias medioambientales. Se encuentra en medio de ese camino, en el que tanto los productores como los consumidores se enfrentan, de primeras, a nuevas tasas que repercuten en la compraventa de vehículos.
El nuevo Reglamento europeo que entró en vigor en septiembre ya ha dejado sus secuelas. Esta normativa obliga a contar con un nuevo protocolo para la medición de las emisiones contaminantes en los vehículos nuevos. En definitiva, esto ha provocado que las mediciones actuales sean superiores a las que se obtenían con el anterior sistema.
Así, existen vehículos que pasan de un tipo impositivo a otro, a saber: entre 121 g/km y 160 g/km tienen un tipo impositivo del 4,75%; entre 161 g/km y 200 g/km, la tasa es del 9,75%; y los vehículos con emisiones superiores a los 200 g/km sufren impuestos del 14,75%, mientras que los que emiten menos de 120 g/km están exentos. El efecto directo de esta regulación ha sido una distorsión del mercado, al concentrar un mayor número de ventas de vehículos nuevos en los meses anteriores a su entrada en vigor.
Según una publicación del Banco de España, la demanda de vehículos tuvo “crecimientos muy elevados en los meses anteriores al cambio de regulación”. En nuestro país, eso se traduce en un crecimiento interanual del 50% en el mes de agosto, cuando la variación de los últimos años estaba en torno al 15 y el 25%. Esto se explica por los descuentos que realizaron los concesionarios para tratar de deshacerse de ese stock de vehículos que no estaban adaptados a la nueva homologación, así como por las “automatriculaciones”. Hay que recordar que la nueva normativa no afecta a vehículos de segunda mano.
Lo que sucedió en los meses posteriores es que se produjeron caídas que “compensaron los aumentos de agosto”. En todo caso, el crecimiento del periodo entre agosto y octubre se situó en el 5,9%. Así, el efecto sobre la oferta fue superior al de la demanda. En este sentido, la caída de la producción (Índice de Producción Industrial) fue del 20% en septiembre, lo que se explica por “la necesidad de homologar los vehículos” durante ese periodo. Entre agosto y octubre, la producción cayó un 5,4%, mientras que el año pasado fue del 2%.
EL AUTOMÓVIL, MOTOR DE LA ECONOMÍA
No hay que obviar que el sector automovilístico representa el 11% de la producción de manufacturas en España, y el 3% en cuanto a producción total. En lo que respecta al empleo, se sitúa en el 7,5% con respecto a las manufacturas. Se trata de cifras similares a las de los mayores países europeos. Sin ir más lejos, la exportación de vehículos alcanzó el 11% del total en términos nominales, un porcentaje idéntico al de Alemania.