Hay dos variables que han llevado a pensar que las sucursales bancarias iban a desaparecer: el cada vez mayor número de transacciones con dispositivos electrónicos y el menor uso de dinero físico. Pero esto no es así. Están evolucionando. Y de formas muy distintas. En los últimos años, las oficinas físicas han ido disminuyendo. Hasta […]
NacionalDirigentes Digital
| 09 ene 2020
Hay dos variables que han llevado a pensar que las sucursales bancarias iban a desaparecer: el cada vez mayor número de transacciones con dispositivos electrónicos y el menor uso de dinero físico. Pero esto no es así. Están evolucionando. Y de formas muy distintas.
En los últimos años, las oficinas físicas han ido disminuyendo. Hasta el punto de que los neobanks han demostrado que un banco puede operar de forma 100% online, ya sea a partir de la app o de la página web. No obstante, los bancos tradicionales están apostando por multitud de formatos que aportan un formato más inteligente o puntos de encuentro social donde los clientes “ya no solo acuden para gestionar sus productos bancarios, sino que usan también estos espacios para trabajar, tener reuniones de trabajo, e incluso, disfrutar de un café”, explican desde un informe elaborado por The Valley.
El resultado es una experiencia de usuario totalmente diferente. La tecnología tiene mucho que ver en este cambio. Dentro de poco podrá parecer normal que un robot le reciba a la entrada de un banco, o poder operar con paredes interactivas, tal y como detalla el documento.
Otra fórmula son los bancos pop-up. El término de pop-up consiste en algo efímero con un fin determinado. Llevado al terreno bancario, se pueden encontrar sucursales en contenedores de transporte. Así pueden cubrir una mayor demanda de aquellos lugares que no son rentables el tener un espacio físico determinado.
Los bancos también han optado por especializarse en un mercado concreto, tal y como cuenta The Valley: “Es aquí donde encontramos las pop-ups financieras dedicadas específicamente a mujeres, sedes bancarias con espacios diseñados específicamente para los niños e incluso oficinas de empresas Fintech que ofrecen formación financiera a la vez que sesiones de bienestar tipo spa o experiencias culinarias”.
Ejemplo de ello son las oficinas Smart Red de Banco Santander. Entre sus prestaciones permiten agilizar los trámites a partir de cajeros, actualizadores de libretas y tablets para realizar las operaciones con su propia app. CaixaBank, por su parte, ofrece en sus oficinas Store un ciclo de interesantes charlas que se llevan a cabo en algunas de sus oficinas, “más allá de lo estrictamente comercial y una oportunidad para aprender cosas nuevas y formar parte de enriquecedores debates”, cuentan desde el banco.
Con todo esto, los bancos han demostrado que saben evolucionar sus sucursales. El objetivo no es que el cliente haga todas sus operaciones vía electrónica. Al contrario, las nuevas tiendas pretenden acercarse a él y sea lo más atractiva posible.