La época estival es sinónimo de vacaciones, de desplazamientos masivos a playas y zonas rurales y, cómo no, de festivales de música. Éste último factor ha ido cobrando cada vez mayor importancia, debido a la difusión internacional de la que gozan muchos de los eventos musicales que se celebran en España durante el verano y […]
NacionalDirigentes Digital
| 18 jul 2018
La época estival es sinónimo de vacaciones, de desplazamientos masivos a playas y zonas rurales y, cómo no, de festivales de música. Éste último factor ha ido cobrando cada vez mayor importancia, debido a la difusión internacional de la que gozan muchos de los eventos musicales que se celebran en España durante el verano y a la amplitud de géneros y estilos que abarcan.
De hecho, los festivales de verano se han convertido en un aliciente turístico por derecho propio, dado el gran volumen de personas que se desplazan y buscan alojamiento en una determinada localidad debido a ellos. Como muestra, basta el dato de asistencia del Festival Mad Cool, que se celebró el pasado fin de semana en Madrid y al que acudieron 80.000 personas cada uno de los tres días que ha durado el festival.
Tanto es así, que los expertos comienzan a valorar estos festivales como un factor a tener en cuenta respecto a otros sectores, como el inmobiliario. Así, el departamento técnico de la sociedad de tasación Instituto de Valoraciones han analizado los factores que influyen en el mercado de pisos turísticos en las localidades donde se celebran los principales festivales, así como su rentabilidad.
Entre los fenómenos analizados, los expertos del Instituto han tenido en cuenta el tamaño de las localidades donde se celebran festivales para concluir que la rentabilidad aumenta tanto en grandes capitales como en los pueblos más pequeños. Así, el Instituto destaca que el precio de una vivienda turística por persona y día durante el festival Primavera Sound de Barcelona ronda los 55 euros, un 36% más que el valor medio de un alojamientos en la misma ciudad durante el verano, que es de 35 euros.
Mientras, este fenómeno se repite en las pequeñas localidades que albergan espectáculos musicales, como el Festival Internacional de Benicàssim (FIB), que tendrá lugar en ese pueblo castellonense este próximo fin de semana y en el que los precios de alquiler turístico aumentarán considerablemente. Así, el Instituto de Valoraciones afirma que el coste por noche se acerca a 128 euros, que supone un 17% más que el precio medio en la localidad, de 106 euros.
El estudio también tiene en cuenta la segmentación según las preferencias de los arredatarios, dado que se afirma que “el alquiler vacacional es una opción cada vez más demandada entre los asistentes a los eventos musicales”. Como muestra, se ofrecen los casos del Festival Sonorama Ribera de Aranda de Duero (Burgos) o el festival Dreambeach de Vera (Almería), en el que las reservas se han triplicado y más que duplicado, respectivamente, en comparación con la edición de 2017.
Este alza en la demanda también se da en las capitales de provincia, a pesar de que la mayoría de festivales se organizan en municipios pequeños. Así, las reservas de pisos turísticos durante la celebración del Mad Cool en Madrid el pasado fin de semana han crecido un 16% respecto a 2017 y, en el caso del BBK de Bilbao, la ocupación en estos alojamientos entre el jueves y el sábado ha aumentado casi un 30% respecto al año pasado.
Otro factor a tener en cuenta, como es lógico en verano, es la influencia de la cercanía del festival respecto a la costa. De este modo, el Instituto señala el poder de atracción que aportan las zonas de costa con buen clima para convertirse en destino preferente de los asistentes a festivales y también de los turistas en busca de sol y playa. Como ejemplo, el festival Womad 2017 que se celebró en Las Palmas de Gran Canaria, lo que provocó que la ocupación de apartamentos turísticos rozase el lleno durante el evento.