La semana pasada el Consejo de Ministros aprobó el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Microelectrónica y Semiconductores, también conocido como PERTE Chip o de semiconductores, que cuenta con un presupuesto total de 12.250 millones de euros, 1.000 millones más de lo previsto, hasta el año 2027 y está enmarcado en el […]
NacionalDirigentes Digital
| 27 may 2022
La semana pasada el Consejo de Ministros aprobó el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Microelectrónica y Semiconductores, también conocido como PERTE Chip o de semiconductores, que cuenta con un presupuesto total de 12.250 millones de euros, 1.000 millones más de lo previsto, hasta el año 2027 y está enmarcado en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Durante su presentación, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, afirmó que se trata del proyecto más ambicioso del Plan de Recuperación, tanto por su cuantía como por su “impacto transformador para la industria y su contribución a la autonomía de España y de la Unión Europea en materia tecnológica". En este sentido, la dirigente destacó que España cuenta con talento, pero que hasta este momento no ha estado presente en el sector debido a la falta de apoyo y de una estrategia coherente con los recursos necesarios.
En este sentido, el objetivo del PERTE es “desarrollar de manera integral las capacidades de diseño y de producción de la industria española de microelectrónica y semiconductores”. Para ello, Calviño propone abarcar toda la cadena de valor, desde el diseño hasta la fabricación de los chips con el fin de generar un efecto multiplicador sobre el conjunto de la industria y de la economía.
El semiconductor es el elemento básico de los procesadores o chips, componentes necesarios para la transformación digital. Por esta razón, la escasez de su producción en el conjunto e Europa implica una dependencia de otros países entre los que destacan Taiwán, Estados Unidos, Corea del Sur, Japón y China, y supone de este modo una situación que el Ejecutivo pretende revertir con esta iniciativa.
Durante la presentación también anunciaron que el PERTE toma su punto de partida teniendo en cuenta diversos enfoques: una orientación a largo plazo, una puesta en marcha gracias a la colaboración público-privada, de forma integrada y alineada con la estrategia europea. Además, para su ejecución irá avanzando por fases a través de cuatro ejes diferentes.
El primero de ellos pretende reforzar la capacidad científica mediante actuaciones que fortalezcan la I+D+i sobre microprocesadores de vanguardia, arquitecturas alternativas y la fotónica integrada. El segundo está relacionado con la estrategia de diseño e incluye iniciativas “que potenciarán la capacidad española en el diseño de microprocesadores de vanguardia mediante la creación de empresas fabless, líneas de pilotos de pruebas y redes de capacitación en materia de semiconductores”, indican desde Moncloa.
Por su parte, el tercer eje está orientado a la construcción de plantas de fabricación con capacidad superior e inferior a los cinco nanómetros, mientras que el cuarto tiene el fin de servir de dinamizador de la industria de fabricación de Tecnologías de la Información y Comunicación europeas a través de “un esquema de incentivos a la industria manufacturera para la creación de un fondo de chips”.
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