Tras un año y medio de aumento de precios, se han ido aprobando diferentes medidas encaminadas a reducir la cantidad pagada por los ciudadanos en concepto de IRPF. Cada Comunidad Autónoma ha elegido una estrategia diferente. El Consejo General de Economistas (CGE) ha presentado este martes Panorama de la fiscalidad autonómica y foral, un estudio […]
NacionalDirigentes Digital
| 15 mar 2023
Tras un año y medio de aumento de precios, se han ido aprobando diferentes medidas encaminadas a reducir la cantidad pagada por los ciudadanos en concepto de IRPF. Cada Comunidad Autónoma ha elegido una estrategia diferente. El Consejo General de Economistas (CGE) ha presentado este martes Panorama de la fiscalidad autonómica y foral, un estudio en el que se detallan las novedades impositivas aprobadas a lo largo del año pasado.
La mayoría de las regiones han optado por aumentar el límite de las deducciones o, directamente, crear nuevas hasta ahora inexistentes. Así ha sucedido en todas las Comunidades Autónomas, menos en Andalucía y Murcia.
Otra opción es la ya conocida deflactación del IRPF, así como los mínimos personales y familiares, que se ha aprobado en la Comunidad de Madrid, Murcia, Andalucía, Canarias y Galicia.
El tipo marginal autonómico hace que, según la región donde se resida, lo tributado por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) se sitúe por debajo de las principales potencias europeas o por encima de las mismas. Madrid es la Comunidad Autónoma que aplica el tipo agregado más bajo (20,5%), mientras que en la Comunidad Valenciana esta tasa es nueve puntos superior (29,5%).
Por lo tanto, los contribuyentes con más recursos en la región capitalina soportan un tipo máximo agregado del 45%, mientras que en la comunidad levantina este se eleva hasta el 54%, por encima de Italia y Alemania (47,5%), Francia (51,5%) e incluso Suecia (52,2%). De hecho, Dinamarca (55,9%) es el único país europeo donde las rentas altas son gravadas más que en la Comunidad Valenciana.
La recaudación del IRPF ha aumentado un 40% en los últimos 15 años. Desde 2002, año previo al estallido de la Gran Recesión, los ingresos a través del tributo que grava las rentas del trabajo han pasado de suponer el 33,9% del total al 42,8%. En este tiempo, la cantidad ingresada por el conjunto de las Administraciones Públicas ha pasado de los 214.000 millones a casi 240.000 millones de euros en los primeros nueve meses de 2022.
Por su parte, el Impuesto sobre Sociedades ha experimentado una evolución contraria. Si en 2007, las arcas públicas percibieron 44.823 millones de euros, en 2021 -último año con datos completos- se han reducido más de un 40% hasta los 26.627 millones.
El otro tributo que ha experimentado una variación significativa en este periodo es el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Este ha pasado de los casi 56.000 millones en el año 2007 a rozas los 80.000 millones en 2022 (datos de enero a noviembre), un aumento de casi el 43%.