Mutti, mamá, así llaman a Angela Merkel en su país. La canciller que nunca ha sido madre tiene un estilo directo y sincero que parece materno para muchos alemanes. Es muy cercana al pueblo, vive un estilo de vida sencillo y no es nada presumida, tampoco lo es su marido, un científico reconocido. Además, no […]
NacionalDirigentes Digital
| 08 oct 2018
Mutti, mamá, así llaman a Angela Merkel en su país. La canciller que nunca ha sido madre tiene un estilo directo y sincero que parece materno para muchos alemanes. Es muy cercana al pueblo, vive un estilo de vida sencillo y no es nada presumida, tampoco lo es su marido, un científico reconocido. Además, no es muy ideológica, más bien pragmática en su sentido de estado. Todo esto supone ahora un problema. Los alemanes están cansados de la Gran Coalición y las constantes luchas internas. Aunque Merkel ha conseguido un crecimiento económico y una estabilidad que el país no había tenido en mucho tiempo, corre el rumor en los medios de comunicación que quieren que se vaya. En una encuesta reciente de Statista, el 51% de los entrevistados quiere todavía que Merkel se presente otra vez.
Sin embargo, en el mundo del lobbying se rebelan hasta los medios de comunicación leales a Merkel como “Die Welt” y “Bild”, también porque les parece demasiado de izquierdas. Además, ahora más que nunca, la mujer de la DDR nota, 28 años después de la reunificación, que las dos Alemanias no están todavía realmente unidasy quizás sea ahí donde más ha fallado ella. En la parte del este hay radicalismo contra todo lo extranjero, causado también por una diferencia de riqueza que tiene el este con la parte occidental. A pesar de que el paro ha bajado drásticamente desde 1995, sigue siendo bastante más alto que en el resto del país y la brecha salarial es importante. Mientras un “Ossi”, como se llaman todavía los alemanes del este, ganaba en 2017 alrededor de 2.690 euros mensuales, un “Wessi” de la parte occidental tenía 3.330 euros brutos al mes en su bolsillo.
MERKEL TIENE QUE DEJAR PASO
Alemania tiene muchos más problemas que los refugiados que solamente ponen en evidencia brechas estructurales como las mencionadas. La canciller no tiene tiempo para provocar un cambio en la sociedad e impulsar la economía hacia las futuras tecnologías, porque solamente está ocupada en intermediar entre CSU, CDU y SPD, la Gran Coalición. Pero otra realidad es que Alice Weidel de la Afd ya le hace competencia desde la extrema derecha y cada vez saca más votos. La mujer que lidera la “Alternativa para Alemania“ llevaría en Bavaria, donde hay elecciones regionales el 18 de octubre, entre un 10-15% de los votos, según las encuestas de la tele alemana ARD y ZDF, lo que peligrará la mayoría absoluta de la CSU en esta región tan económicamente fuerte.
“Esto también es el resultado de la política de Merkel“, dice Roland Tichy que lleva el blog TichysEinblick en Alemania. El economista y periodista reconocido cree que la política de consenso de la gestión de Merkel no funciona, tampoco en cuestiones de refugiados. Hasta ahora la canciller tenía siempre por lo menos las empresas a su favor, pero su política contra el cartel de los fabricantes alemanes de coches en relación con los motores Diesel tensa estos vínculos: “En relación con las emisiones, la industria ha mentido y engañado”, decía ella en el día de encuentro con los jóvenes de su partido (Jungen Union). Ahí Merkel juega con fuego, cree Tichy, porque Mercedes, VW & Co. son los pilares de la economía alemana. El bávaro escribe cada vez más al final de sus artículos: “Merkel tiene que irse”. Y no es el único.
EL PARO EN ALEMANIA DEL ESTE SIGUE SIENDO MÁS ALTO QUE EN OCCIDENTE
Porcentaje
EN ALEMANIA OCCIDENTAL SE GANA MUCHO MÁS