El Foro de Davos sigue dando titulares. Este miércoles llegó el turno de Pedro Sánchez, que se enfrentaba a un gran reto: mostrar la solidez de la economía española en medio de las críticas y elogios a los nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE). No sabemos si consiguió esto último. Pero lo que de seguro […]
NacionalDirigentes Digital
| 24 ene 2019
El Foro de Davos sigue dando titulares. Este miércoles llegó el turno de Pedro Sánchez, que se enfrentaba a un gran reto: mostrar la solidez de la economía española en medio de las críticas y elogios a los nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE). No sabemos si consiguió esto último. Pero lo que de seguro logró es sorprender a muchos.
¿Por qué? La primera sorpresa fue ver a un líder del Gobierno dando un discurso más que decente en inglés. Lejos quedó el torpe, por decirlo de alguna manera, nivel de inglés del anterior presidente en visitar Davos, José Luis Rodríguez Zapatero, que llegó a paralizar la cumbre durante diez minutos al fallar su traductor. Sánchez buscó marcar la diferencia y, al menos en este punto, lo consiguió.
Pero también asombró a los allí presente con los datos de creación de empleo. Y es que Sánchez cifró este dato en 330.000 empleos nuevos, la cifra prevista más baja hasta ahora, confirmando la ralentización del ritmo de crecimiento. Hasta ahora, el Gobierno había hecho una previsión global para 2018 y 2019 de 800.000 nuevos puestos de trabajo.
El resto de palabras se centraron en convencer de la solvencia y solidez de la economía española. Sánchez mostró su “orgullo” de que la economía española esté “bien asentada”, que siga permaneciendo a la cabeza de las economías europeas y que las perspectivas sigan siendo “robustas”.
Respecto a los Presupuestos Generales, Sánchez defendió la “sostenibilidad a largo plazo” de las cuentas públicas, que, según él, comabaten la desigualdad, recuperan la inversión en ciencia e innovación y reducen el déficit y la deuda pública.