Economía colaborativa como oportunidad de inversión

Tal y como indican en su análisis los expertos, la "economía colaborativa" es una expresión de moda en el terreno de la innovación y describe a las empresas que permiten que los dueños de inmuebles o capacidades los compartan a través de mercados en línea. "Este campo incluye ahora start-ups que atienden a multitud de necesidades vitales, desde asesoramiento empresarial a cuidado de mascotas y prestamistas de igual a igual", indican.

Así, consideran que el creciente deseo de "compartir", o alquilar, en lugar de poseer, podría alterar sustancialmente lo que consumimos y cómo lo consumimos, provocando disrupciones significativas en algunos sectores.

Como ejemplo, desde Fidelity apuntan a la red de taxis Uber, valorada ahora en 51.000 millones de dólares como la start-up privada más valiosa del mundo. "Airbnb es otro buen ejemplo de una empresa de la economía colaborativa. La valoración de esta última está actualmente en 25.500 millones de dólares, con una tasa de crecimiento anual de las ventas del 90% y una importante presencia en mercados clave", indican. Según recuerdan, Airbnb tiene más de 1,5 millones de referencias, frente a 800.000 en 2014 y frente a los 15,5 millones de habitaciones de hotel en todo el mundo. "Se espera que sobrepase los ingresos de Intercontinental Hotel Group en 2017", explican.

La gestora es sin embargo consciente de que los retos a los que se enfrentan estas compañías. En el caso de Uber, el gremio de los taxistas ha emprendido acciones legales contra la compañía. Del mismo modo, en ciudades como Nueva York el sector se ha movilizado para preparar una demanda colectiva contra Airbnb. "Las leyes de zonificación y las normas de construcción raramente propician modelos disruptivos y ofrecen muchas posibilidades para que los interesados en mantener el statu quo emprendan acciones legales", explican los expertos.

Por ejemplo, tal y como indican desde Fidelity, el año pasado el estado de California dictaminó en el caso Uber contra Berwick que los conductores son empleados de Uber a todos los efectos y deben ser reembolsados por los peajes, gastos y costes de administración del IRS (equivalente al ministerio de Hacienda en EEUU). "Este dictamen tiene consecuencias para toda una serie de empresas con pocos activos que dependen del trabajo contractual", aseguran.

Ante este escenario, indican que "una consideración cuidadosa del probable panorama legal que afecta a las empresas de la economía colaborativa será tan importante en los próximos años como evaluar la viabilidad de sus modelos de negocio".

Aún así, se muestran convencidos de que el éxito de Uber y Airbnb "ha sentado un precedente atractivo e impresionante que preparará el terreno para más disrupciones en otros sectores". Según recuerdan, de momento ha sido el capital riesgo quien está liderando la entrada en el sector. "Pero a medida que más empresas crezcan y salgan a bolsa, aumentarán las oportunidades para los inversores convencionales", indican.
 

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