"El Reino Unido necesita un suministro de energía confiable y seguro y el gobierno cree que la energía nuclear es una parte importante del mix energético", ha asegurado el secretario de Energía de negocios y Greg Clark en una declaración poco después de que EDF diera su visto bueno al proyecto.
Sin embargo, el gobierno de Theresa May quiere volver a revisar los términos del proyecto que supone la construcción de una nueva planta nuclear en décadas. "El gobierno va a considerar cuidadosamente todos los términos de este proyecto y tomará su decisión a principios de otoño", según una portavoz del Departamento de Negocios, Energía y Estrategia Industrial.
El coste del proyecto de Hinkley Point alcanza los 18.000 millones de libras y conlleva riesgos comerciales tanto para Francia como para Gran Bretaña. EDF asumirá los costes iniciales y los sindicatos ya han advertido de que podría poner en peligro la supervivencia de la empresa.
"La declaración hecha por el Sr. Clark es perfectamente clara. No tengo ninguna duda sobre el apoyo del gobierno británico dirigido por Theresa May", ha dicho el presidente ejecutivo de EDF, Jean-Bernard Levy, en la conferencia para presentar los resultados.
Por su parte, Gran Bretaña se ha comprometido a pagar la energía que genere al doble de los precios actuales de mercado, un aspecto que los detractores del proyecto nuclear consideran demasiado alto.
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