Además de estar bastante por debajo de su crecimiento potencial, China ha crecido gracias a los estímulos fiscales. Y, en menor medida, ha aumentado debido a un incremento significativo de su superávit comercial (518 mil millones de dólares). El consumo doméstico, sin embargo, se ha estancado. Debido a la crisis sanitaria, las ventas minoristas han descendido casi un 4%. Pero el consumo doméstico, según el consenso de los analistas consultados por DIRIGENTES, repuntará un 10% en 2021.
“Exportaciones e importaciones también crecerán dobles dígitos”, señala Wang Tao, de UBS, a DIRIGENTES. Pero la inversión dentro del sector manufacturero ha retrocedido un 3% durante 2021. La inversión manufacturera en China, sin embargo, sigue ofreciendo guarismos negativos. Este concepto era el 3% del PIB de China en 2012. Pero, ahora, apenas alcanza el 1%. “Una menor inversión extranjera dentro del sector manufacturero reducirá el crecimiento potencial a largo plazo en China”, señalan desde UBS.
A corto plazo, de todas formas, el camino hacia la normalidad económica total será largo. El déficit público de 2020 se ha situado en torno al 11%. Y el paro urbano registrado, pese a caer durante los últimos meses, está en el 5.9%. Esto último significa que el número de parados chinos, oficialmente registrados, ha superado los diez millones en 2020. Sobre las medidas económicas destinadas a aliviar la crisis sanitaria, cabe cuantificar el incremento del déficit público en 150 mil millones de dólares adicionales en 2020. En rebajas fiscales, por ejemplo, se han concedido 353 mil millones a las empresas. Y la financiación de los bancos estatales, al sector PYME, también ha crecido un 40%. Este año, no obstante, habrá un proceso de desapalancamiento. Por esta razón, el consumo privado chino (además de los beneficios de las empresas privadas), ganará protagonismo en el crecimiento del PIB durante 2021.
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