No hay ningún país ni zona del mundo que mejore sus perspectivas económicas para los próximos años. El FMI ha revisado las expectativas de todas las zonas del mundo y precisa que una gran parte sufrirán una reducción de su crecimiento con respecto a lo que se esperaba hace apenas tres meses en el último informe del organismo que preside Christine Lagarde.
Tampoco Europa se libra de la quema. El crecimiento de la Unión Europea se mantendrá en el 2,2% en 2018, mientras que en 2019 la proyección se reduce al 2%, fruto de la ralentización de la economía mundial. Lo llamativo de estas proyecciones es que, con respecto a los pronósticos de julio, las expectativas se reducen en dos décimas para 2018 y en una para 2019 y que, si se comparan con las perspectivas de abril de este mismo año, la previsión cae tres décimas para este año.
Lo que reflejan estos datos es que en los últimos tiempos han aumentado los riesgos que enfrenta la economía mundial y, en concreto, la europea. Este hecho va a incidir antes de lo esperado en el crecimiento, y tendrá un impacto mayor. Entre las causas se encuentra la incertidumbre en referencia a la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
Es una de las tormentas que apuntaba el FMI en su último informe y que tendrán una importante influencia a raíz de los cambios que provocará un nuevo encaje del Reino Unido en el comercio europeo. Haciendo un enfoque más concreto, en la zona euro, el FMI pronostica que el crecimiento se alzará al 2% en 2018 y al 1,9% en 2019.
En el caso de la zona euro la actualización de las previsiones es más firme. Para 2018, la revisión a la baja es de dos décimas con respecto a julio, mientras que se reduce en cuatro décimas en referencia a las perspectivas de abril. En ese sentido, hay que destacar la ralentización que sufrirá Alemania que, no obstante, crecerá al 1,9% tanto en 2018 y 2019, cuando en abril se esperaba un crecimiento del 2,5% y del 2% respectivamente.
Así, se observa el estancamiento que sufrirá la principal economía de la zona euro, seguida de Francia, que crecerá al 1,6% los dos próximos años, mientras que Italia reducirá su expansión al 1,2% y al 1%. En ese contexto, España se sitúa como el principal motor de los grandes países de la zona euro. A pesar de que se han revisado a la baja sus previsiones en una décima, el FMI proyecta un crecimiento para España del 2,7% para 2018 y del 2,2% para 2019.
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