El final del verano será un punto clave para las bolsas

Las bolsas sufrieron un gran varapalo en el mes de marzo y abril viviendo una de sus peores caídas de la historia, sin embargo, en los principales índices bursátiles están mostrando una recuperación en ‘V’, que parece que no se corresponde con las previsiones macroeconómicas. Por eso, el economista jefe de la gestora; Gilles Moëc, advierte del exceso de optimismo de las Bolsas: “Al observar la dinámica de la pandemia, parece que el atractivo de la reapertura de las economías es demasiado fuerte para resistirse incluso cuando el virus sigue progresando con bastante rapidez. Creemos que, en el momento actual, los bruscos giros en la actividad económica sólo reflejan las reacciones mecánicas del lado de la oferta a los cambios en las restricciones aplicadas en el confinamiento”, asegura.

“Estos movimientos -por ejemplo, la inesperada disminución del desempleo en los Estados Unidos el viernes pasado- pueden ser bastante abruptos y podrían interpretarse demasiado pronto como indicios de que las economías están absorbiendo rápidamente el choque de la pandemia. Aún no hemos visto mucho el impacto en la demanda, que sospechamos que durará más tiempo, pero el mercado está cada vez más tentado a valorar las recuperaciones en forma de V”, advierte Moëc, que completa: “Creemos que todavía se necesitará un estímulo político grande y bien diseñado para convertir este rebote en una recuperación sostenida”.

El economista subraya: “El momento de la verdad bien podría llegar al final del verano. Seguimos un poco preocupados por los riesgos que algunas de las economías avanzadas han asumido con su ritmo de reapertura, dada la rapidez con que el virus sigue progresando en algunos lugares. Aun así, nuestro escenario base es que para julio la mayoría de los impedimentos administrativos para la actividad económica serían eliminados. Para entonces la mayor parte del rebote mecánico estará hecho. Las empresas seguirán enfrentándose a vientos en contra significativos: incertidumbre sobre la propia pandemia, con la posibilidad de una «segunda oleada» que, mientras no se disponga de una vacuna, deprimiría la inversión; posible debilidad de la demanda mundial, ya que la actividad en el hemisferio sur podría verse aún afectada por la primera ola de la pandemia; un mayor nivel de deuda”.

2020-06-09 22:17:43

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