El futuro de la economía española es…circular

La economía circular puede aportar al mundo el equivalente a cuatro veces y media la economía española en 2030.

En su conferencia en la Residencia de Estudiantes de Madrid en 1930 John Maynard Keynes vaticinaba que en 100 años el problema económico de la Humanidad, su lucha contra la escasez, sería solucionado. La Humanidad se vería entonces acuciada por un nuevo problema, la necesidad de aprender a cultivar el arte de la vida misma y de disfrutar de ella de manera "sabia, placentera y buena".

A menos de 15 años del plazo concedido por Keynes, es imposible no atisbar el paralelismo entre aquél momento y el actual: una economía, apenas emergida de una profunda crisis financiera, que contempla una recuperación que no acaba de fraguar.

Igual que entonces, los retos del presente no parecen menores, pero tampoco lo es nuestra capacidad de generar prosperidad y bienestar para más gente, más rápido.

Mirando a la economía española, ¿sería posible hacer lo que Andreu Mas-Colell, pensando en ´Keynes, denomina un ejercicio de optimismo contenido respecto a sus posibilidades y perspectivas a medio y largo plazo?

En los casi 40 años de democracia, la economía española ha experimentado un crecimiento en términos reales de 87 puntos porcentuales en su PIB y nuestra renta per capita prácticamente se ha doblado gracias a la capacidad de las empresas de adaptarse al contexto competitivo, de innovar en el diseño y de mejorar su eficiencia mediante la profesionalización de su gestión y la inversión en tecnología.

¿Qué delimita el contexto en el que se desenvolverá la economía española en los próximos años y qué estrategias podrían contribuir al aprovechamiento de las oportunidades futuras?

– La globalización reforzará la creciente competición por los recursos; incrementando su precio y volatilidad.

– El proceso de digitalización desencadenará la aparición de competidores inesperados y cuestionará modelos de negocio considerados hasta ahora inamovibles.

– La trasformación del mercado de trabajo alterará nuestra concepción de carrera profesional e introducirá nuevas exigencias para el desarrollo y captación de talento.

En este marco, el desarrollo de una concepción de la economía que considere la creación de riqueza como un proceso circular en el que los recursos empleados están sujetos a un ciclo continuado de utilización y reutilización y en el que la propiedad deviene en acceso, presenta claras ventajas para el impulso de la competitividad y acercamiento a los hábitos y expectativas de los consumidores.

Hacerlo posible supone reflexionar y actuar sobre cuatro aspectos constitutivos de la mirada circular en la empresa:

– Supone analizar las prácticas y criterios de diseño de productos y servicios a la vista del ecodiseño y del diseño centrado en las personas con el fin de mejorar la eficiencia en el uso de recursos, incrementar el consumo de los reutilizables, y acercar sus prestaciones a las necesidades reales de los consumidores.

– Implica hacer un uso inteligente de la información obtenida en el propio negocio con el fin de desarrollar nuevos servicios que personalicen y enriquezcan la experiencia de sus clientes, anticipando el impacto de la digitalización y la posibilidad de sufrir un cambio sustancial similar al experimentado por sectores como el discográfico o el de la prensa escrita.

– Conlleva desarrollar nuevos modelos asociados a la economía compartida, fundamentados no tanto en la propiedad de los productos, como en el acceso, que permiten incrementar los ratios de utilización de los productos.

– Implica pensar también en el final de la vida útil de los productos, buscando oportunidades para extenderla mediante la reparación y el reprocesamiento, pero también fomentando la innovación y nuevas técnicas para la recuperación y el reciclaje.

Muchas empresas ya trabajan en la economía circular y encuentran en ella su ventaja competitiva, ya sea fabricando calzado totalmente desmontable y reciclable, generando ingresos a partir de la valorización de subproductos en el sector del automóvil o fundamentando sus modelos de negocio sobre plataformas colaborativas que rivalizan en valoración con las más importantes empresas de su sector.

La combinación del diseño para la eficiencia, la digitalización, el impulso de la economía compartida y la recuperación de recursos podrían aportar a la economía mundial algo más de cuatro billones y medio de dólares en 2030, cuatro veces el tamaño de la economía española.

¿Nos conducirá la economía circular a ese momento imaginado por Keynes en el que nuestra preocupación no sería otra que aprender de nuevo a disfrutar del placer del canto y de las artes?

Probablemente no, pero contribuirá a la generación de una mayor riqueza y a estrechar nuestro inaplazable compromiso con un mundo de recursos finitos que pronto estará habitado por nueve mil millones de homo sapiens, deseosos de una vida sabia, placentera y buena.

Manuel Torres Núñez, managing director de Accenture Strategy

hemeroteca

Add a comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *