Restricciones a la movilidad, una mayor preocupación por mantener una distancia de seguridad y por evitar determinados entornos son algunas situaciones que ha desencadenado la pandemia. Este contexto adverso ha motivado a los consumidores a abrir la puerta del mundo online para conocer nuevos comercios, algo que para aquellas empresas que buscaban lanzar sus productos y servicios al extranjero ha supuesto una ocasión para romper las barreras físicas que impone el panorama actual.
La penetración del e-commerce se ha disparado a escala global durante este año. El índice eMarketer 2020 prevé que nueve países, encabezados por Filipinas, Malasia y España, experimenten un incremento de más del 20% en las ventas de comercio electrónico minorista este ejercicio. Además, a lo largo de estos meses se ha producido en España una aceleración «muy superior» a la media europea y se estima que alcance el 11% del total de ventas.
Del estudio de Google, Internacionalización online: una oportunidad para las empresas, se desprende que dos de cada tres consumidores incrementará su gasto en compras en canales digitales el futuro. Este hecho también ha favorecido que los usuarios españoles hayan descubierto nuevas tiendas, ya que han adquirido productos por Internet en un establecimiento en el que no lo habían hecho antes de la pandemia.
En lo que respecta a los productos que no habían comprado con anterioridad a la crisis sanitaria, despuntan las categorías de moda (39%) y electrónica (38%), seguidas por belleza y farmacia y alimentación con un 18% en ambos casos. También se resalta que los factores más valorados a la hora de optar por el canal online son el precio, los métodos de entrega y las políticas de devolución, quedando la nacionalidad del artículo en una posición secundaria.
Por otro lado, esta explosión de la venta online junto con la difuminación de las fronteras facilita a las empresas detectar oportunidades de crecimiento fuera del país de origen. Si bien explican en el informe de la tecnológica estadounidense que España es «una economía con mentalidad exportadora», indican que «aún hay margen de mejora». Esto es así porque el 33% de las empresas nacionales que venden por Internet ya exportan. La voluntad de incrementar este porcentaje es notable, ya que un 30% de las compañías encuestadas planea invertir en su plataforma de comercio electrónico en los próximos doce meses, mientras que el 26% de ellas destinará esfuerzos económicos en mejorar su capacidad exportadora.
«Muchas empresas están capitalizando el comercio electrónico para compensar la caída en la actividad económica durante 2020», expresan. Aunque las organizaciones son conscientes de que la internacionalización repercute en su crecimiento empresarial, casi un 60% considera que la falta de formación o personal cualificado y los aspectos logísticos (39%) son las principales barreras que se encuentran en su viaje para saltar a otros mercados foráneos.
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