El temor de los inversores a exponerse al universo emergente

Los diferenciales reales de rendimiento entre los mercados emergentes y desarrollados están en máximos de 10 años, reflejando el trasfondo de que el temor continúa propagándose a través de las principales economías. A menudo se observa que se vende deuda de un país determinado para luego recomprala a rendimientos lo suficientemente altos como para tentar a los inversores hambrientos.

Argentina inició la ronda actual de convulsión en los mercados. El rendimiento de la deuda denominada en dólares a 10 años alcanzó un máximo del 11% el 31 de agosto. Turquía, Sudáfrica y Brasil siguieron con rendimientos máximos el 5 de septiembre y luego Polonia e Indonesia el 6 de septiembre. A ellos se unió Rusia el 10 de septiembre, mientras que China, India, Tailandia y México están empujando los recientes máximos como parte de una ola global de ventas a medida que la renta variable estadounidense repunta.

En la memoria de esta situación en el mercado de bonos se encuentra la crisis financiera que se inició en 2008. Una causa clave fue un aumento constante de la morosidad hipotecaria en el transcurso de ese accidentado año, de poco menos del 3% al 6%, según lo medido por el índice de la reserva federal de más del 90% del índice de morosidad. Una década después, ese mismo mercado parece ser un oasis de calma, con una morosidad en un mínimo de 11 años del 1,1% a fines de junio de 2018; las próximas cifras se publicarán a principios de octubre.

El cambio es en gran medida resultado de regulaciones que han establecido un estándar mucho mayor para las aprobaciones de hipotecas, pero un mejor crecimiento, baja tasa de desempleo, precios de vivienda en aumento y un suministro histórico relativamente bajo de viviendas han contribuido a un ambiente benigno para los MBS residenciales.

2018-09-13 10:20:04

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