Conseguir impulsar el mercado inmobiliario y la compra-venta de viviendas. Esta es la intención del Gobierno. Y, para ello, ha dejado un apartado en la reforma fiscal dedicado a este sector. ¿Y cómo prevé hacerlo el Ejecutivo? Elevando la cantidad que el vendedor paga de plusvalías. El problema es que, según los expertos, este gravamen se ha hecho "de forma desproporcionada".
En concreto, a partir de enero de 2015 entraría en vigor esta medida, que afectaría a las viviendas compradas antes del año 1994. Estos propietarios pueden encontrarse que, si venden su vivienda en 2015, en vez de pagar 2.000 euros de plusvalías pueden llegar a pagar 30.000 euros.
Según recomiendan los expertos, el que tuviera pensado vender más o menos pronto tiene que vender ya, tomar la decisión inmediatamente, ya que el ahorro fiscal será muy importante.
Algunos expertos dicen que será después de verano cuando el Gobierno "lance la bomba". Aunque tampoco sería de sorprender que el Ejecutivo aprovechara el viernes 1 de agosto, día del comienzo de las vacaciones para millones de españoles y de la gran ‘Operación Salida’ de Tráfico, para anunciar la medida.
DIRIGENTES se ha puesto en contacto con el Ministerio de Hacienda para confirmar cuándo se va a aprobar esta medida, pero no ha obtenido respuesta.
Según ha confirmado una fuente fidedigna a DIRIGENTES, el Gobierno hasta ahora no ha querido hacer demasiado ruido con este tema y ha encargado a una empresa externa la elaboración de esta medida.
Actualmente, hay calculadoras que permiten al propietario saber cuánto pagará de plusvalías por la venta de su vivienda. Esta cifra depende del año en el que éste la compró y a qué precio, y el año en el que la va a vender y por qué cantidad.
Para entender los orígenes de este impuesto, debemos remontarnos al Gobierno de José María Aznar. El entonces presidente dejó casi exentas las viviendas que se vendieran en sus años de Gobierno y que hubieran sido compradas antes de 1994.
Con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al poder, esta medida cambió, y la venta de estas viviendas -las compradas antes de 1994- empezaron a tributar en 2006 al 21%, al 25% o el 27%, en las rentas del ahorro de los particulares. La disposición de Zapatero tenía fecha de fin: el 31 de diciembre de 2014.
Ahora, el Gobierno de Rajoy quiere aplicar "tabla rasa" y la intención es que las viviendas compradas antes de 1994 que se vendan a partir del 1 de enero de 2015 paguen el 25% en la renta del ahorro.
Además, en el caso de Madrid, el vendedor debe tener en cuenta que a esa plusvalía que cotiza en la renta del ahorro debe sumar el llamado "catastrazo" que en su día aprobó Alberto Ruiz-Gallardón como alcalde de la capital española. Este impuesto -la diferencia del valor del terreno urbano desde la fecha de la compra de la vivienda comprada antes de 1994 hasta la fecha de la venta- se multiplicó por cinco a partir de 2011.
En definitiva, crucemos los dedos para que el informe de Standard & Poor’s, que preveía una mejora del mercado inmobiliario para 2015, sea una realidad, ya que cuando el ciudadano de a pie entienda el gravamen fiscal que el Ejecutivo planea para potenciar la venta de viviendas este año, es probable que el remedio sea peor que la enfermedad.
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