No hay debate ni foro con presencia de grandes fondos extranjeros en el que el partido de Pablo Iglesias ocupe parte de las ponencias. El Spain Investors Day que comenzó ayer en Madrid volvió a ser un ejemplo de ello. Además de ser la "comidilla" en los debates one to one organizados entre empresas e inversores, las ponencias tuvieron un marcado carácter político. Especialmente en la mesa redonda en la que participó José Luis Bonet, presidente de Freixenet y de la Cámara de Comercio de España, quien quiso rebajar la tensión sobre estos temas ante los inversores internacionales presentes en el Foro.
"No me preocupan estos temas, creo que los españoles son conscientes de lo que se juegan en las elecciones", explicó, insistiendo en que "el pueblo español es bastante sabio, por lo que soy muy optimistas con las elecciones en lo que a estabilidad política se refiere, tanto en Podemos como en Cataluña".
A pesar de todo, Bonet reconoció que en un clima de crisis económica como la que se ha vivido en España pueden ser "legítimas las reivindicaciones del tipo de Podemos, aunque tengan planteamientos que al país no le convienen".
Los riesgos políticos, incluyendo movimientos secesionistas y nacionalistas, también aparecen como los más subestimados por los inversores en la última Encuesta Global de Sentimiento de Mercado realizada por CFA Institute. "A nuestros miembros les preocupa el lento crecimiento de los mercados desarrollados, los efectos de las perturbaciones políticas, los fraudes de mercado y la necesaria transparencia de la información financiera", explica Nitin Mehta, Director general de CFA Institute para EMEA.
El ruido político que el partido de Pablo Iglesias ha tenido en el exterior es evidente. Especialmente entre gestores e inversores que prestan más atención a los informes de la gran banca internacional que a la realidad del día a día en España. Y en este sentido, los grandes grupos financieros tienen bien tomada la medida al mercado nacional. Raro es el día que alguna firma de la City o Wall Street no menciona la palabra ‘Grecia’, ‘Podemos’ o ‘Cataluña’ en sus informes. JP Morgan, RBS o Bank of America Merrill Lynch son solo algunos ejemplos de ello.
El pasado mes de diciembre, esta última publicó un informe en el que aseguraba que "los riesgos políticos siguen amenazando la estabilidad de la zona euro", en referencia a las elecciones griegas y también a las españolas, que se enfrentan a "un panorama político muy fragmentado y la aparición del nuevo (y más polémico) partido político Podemos, además del movimiento secesionista catalán, que deben ser seguidos de cerca por los mercados".
Por entonces, la firma recordaba que "sin una gran coalición, las probabilidades de un gobierno en minoría aumentan, lo que limitará aún más el todavía necesario ajuste fiscal y las reformas estructurales" en España. Advertencias que, sin duda, siguen haciendo mella entre los inversores internacionales.
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