La XX Encuesta Mundial de CEOs, elaborada por PwC a partir de la opinión de 1.379 máximos dirigentes de todo el mundo señala que en los últimos años, la mayor convergencia ha traído de la mano una mayor divergencia al mundo empresarial, como ya habían pronosticado los CEOs que participan en esta encuesta. En 2009, el 49% pensaba que los Gobiernos se volverían más proteccionistas, el 73% esperaba que algunos países se revelaran contra el dominio del G8 y el 76% vaticinó un aumento de las tensiones políticas y religiosas. ¿Cuántas de estas previsiones se han cumplido? La mayoría. El referéndum británico o las elecciones presidenciales estadounidenses son para los CEOs el fiel reflejo del descontento ciudadano provocado por la pérdida de poder adquisitivo y empleos y la desconfianza en el “establishment”. Branko Milanovic, entrevistado para el estudio de este año, muestra cómo han sido distribuidos de manera desigual los beneficios de la globalización. Milanovic afirma que los mayores beneficios se han dirigido a una pequeña élite cada vez más rica en las naciones industrializadas y a la creciente clase media de Asia, mientras que los principales perdedores han sido las personas de bajos ingresos de los países desarrollados. En concreto, dos tercios de los CEOs dicen que la globalización ha impulsado la interconectividad, el comercio y el flujo de capital, pero el 44% admite que no ha ayudado a reducir la brecha entre ricos y pobres. Ahora,” es necesario aumentar el impacto positivo de la globalización, una misión en la que los negocios tienen un papel clave”, reza el informe. China sigue siendo una prioridad para los CEOs a la hora de hacer negocio. De hecho, el 33% de los encuestados ve a China como el segundo país más importante para sus perspectivas de crecimiento de cara a este 2017. Sin embargo, a pesar de todas sus reformas y su creciente influencia regional, se enfrenta a una preocupante burbuja de deuda. Y el Reino Unido, que también gana adeptos, tendrá que hacer frente a una considerable incertidumbre a medida que negocia su salida de la UE. Con el tiempo los CEOs están perdiendo su entusiasmo con respecto a la India, tal vez porque las reformas estructurales han sido lentas (y ha habido recientes dificultades a corto plazo con su programa de conversión de rupias). Sin embargo, todavía se destaca por su robusto crecimiento y reformas monetarias y fiscales. No es de extrañar que los CEOs estén tan preocupados por las incertidumbres económicas y geopolíticas. La sobre regulación y la escasez de habilidades son dos criterios que también están en su lista de preocupaciones, y las dudas sobre la velocidad del cambio tecnológico han aumentado más en los últimos años. Pese a esto, los dirigentes siguen siendo optimistas. Mientras que en 1997, en la primera edición de la encuesta, solo un tercio de los participantes estaba seguro del aumento de los ingresos de su empresa, este año, el 51% de los CEOs son extremadamente positivos sobre las perspectivas a más largo plazo de crecimiento de los ingresos, y el 38% están muy optimistas sobre la perspectiva inmediata, frente al 35%. ¿Y qué opinan los españoles? El 50% de los dirigentes de nuestro país está “muy confiado” en el crecimiento de su empresa durante 2017 y un 40% se declara “confiado” en cumplir con las previsiones de crecimiento de sus compañías en los próximos doce meses. Estas expectativas están muy por encima de las de sus homólogos en el resto del mundo y solo superadas por las todavía más halagüeñas de los CEOs de India, Brasil y Rumanía. Las respuestas de los españoles dejan claro que los riesgos para la economía y las empresas españolas vienen de fuera. Por otro lado, esperan que el crecimiento y el incremento de la rentabilidad de sus compañías sea, fundamentalmente, orgánico y como consecuencia de políticas de reducción de costes. En cuanto a los destinos donde ven mayores oportunidades de negocio, Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, México son los mercados más atractivos. El 80% de los CEOs españoles esté preocupado, además de por lo que el resto de dirigentes, por el futuro de la Zona Euro como consecuencia del Brexit. Además, el 67% de los ejecutivos de nuestro país considera, por encima del resto de países, que en el futuro la automatización y la robotización van a tener un gran impacto en la reducción de sus plantillas.
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