Ya antes de que Reino Unido decidiera salir de la Unión Europea (UE), el banquero italiano y sus compañeros habían dejado claro que estaban listos para actuar en cuanto sea necesario, y el consenso daba por hecho que implementará otra batería de apoyos económicos antes de que acabe el año.
Tras el Brexit, inversores y gestores descuentan que será en septiembre, y no en esta reunión, pues la resistencia mostrada por los mercados le otorga tiempo para ‘esperar y ver’ nuevos datos. Y es que, además, en dos meses ofrecerá previsiones revisadas de inflación.
"No tenemos ninguna duda de que ampliar el programa de compras de activos (QE) más allá de marzo de 2017 es necesario", afirman desde Bank of America Merrill Lynch. "Creemos que los riesgos políticos en la periferia garantizan una política de apoyos continúa por parte del BCE. Aunque, al mismo tiempo, somos conscientes de que las rentabilidades negativas en la parte larga de la curva core probablemente son contraproducentes".
Así, estos expertos creen que más allá de ampliar las ayudas, hace falta "una reconfiguración técnica del QE, añadiendo ciertas licencias a la aplicación actual". Detallan que el apetito de la autoridad monetaria por rentabilidades más negativas es ahora "muy limitado. Como resultado, nuevos recortes de tipos o compras por debajo del de depósito parecen poco probables".
También apuntan a que Draghi deberá dar explicaciones sobre la delicada situación de la banca italiana, pero esperan que se limite a los comentarios abiertos ya dados por Alemania, es decir, que las normas europeas ofrecen cierta flexibilidad a la hora de rescatar entidades, "probablemente añadiendo que ésta se puede utilizar. Nos sorprendería cualquier respuesta más detallada".
"Alemania, yo sólo no puedo"
Con todo, más allá de la calma relativa recuperada por los mercados, Capital Economics considera que el resultado de la consulta británica "ha empeorado las perspectivas de la Zona Euro. Probablemente de lugar a un incremento del euroescepticismo, con consecuencias negativas para negocios y confianza del consumidor". Siendo muy preocupante, destacan, el efecto sobre las entidades financieras transalpinas (que acumulan pérdidas en Bolsa del 47%).
De hecho, señalan que los datos más recientes sugieren que el crecimiento ya se había desacelerado incluso antes del referéndum: en los tres meses hasta mayo producción industrial y ventas al por menor cayeron, "lo que apoya nuestra advertencia de que el PIB del segundo trimestre será más débil que el incremento del 0,6% de los tres primeros meses del año". Y, tras ceder en junio, el indicador de sentimiento económico de la Comisión Europea (CE) apunta a una ligera desaceleración en tasa interanual desde el 1,7% al 1,5%.
"Estos puede parecer una tasa razonable, pero recordemos que la región está lejos de haber agotado el exceso de capacidad surgido durante la recesión. Una desaceleración ahora lastrará al crecimiento muy por debajo del potencial, añadiendo presiones deflacionarias", explican. Por tanto, creen que en septiembre el BCE recortará el tipo de depósito hasta el -0,5% (desde el -0,4% actual), aumentará el ritmo del QE a 90.000 millones mensuales (frente a los 80.000 millones de ahora) y lo extenderá seis meses más.
Ahora bien, "está claro que la autoridad monetaria tiene pocas opciones más allá de estas, por lo que Draghi volverá a reclamar a los Gobiernos de la Zona Euro que hagan su parte mediante la implementación de reformas que estimulen el crecimiento. También es probable que presione en particular a Alemania para que utilice su margen de maniobra fiscal e invierta más".
"Convencer a los mercados de que puede hacer lo que sea necesario, si es necesario"
Mientras, para Franck Dixmier, global head of fixed income de Allianz Global Investors, el próximo paso del BCE será extender el vencimiento de su programa de compra de activos o quizá cambiar algunas de las normas internas que aplica en la ejecución del mismo.
Su principal objetivo, declara, "será convencer a los mercados de que puede hacer lo que sea necesario, si es necesario". No cree tampoco este experto que el banquero italiano se vaya a explayar sobre la banca italiana, "esperará a los resultados de los tests de estrés" (que se conocerán el próximo viernes, 29 de julio).
Coinciden Barclays y Citi al augurar una ampliación del horizonte temporal del QE. De hecho, los segundos apuestan por una rebaja del tipo de interés aplicable a las operaciones principales de financiación hasta el -0,1%.
hemeroteca