Como se esperaba, el BCE se ha abstenido de anunciar cualquier cambio en su política monetaria. Draghi ha reiterado que el organismo continuará con la compra de activos a un ritmo de 30.000 millones de euros mensuales hasta septiembre, o posteriormente si fuera necesario, pero no ha querido responder a qué estrategia seguirá el BCE después de que finalice ese plazo. Sin embargo, el próximo mes de marzo el BCE publicará sus nuevas proyecciones económicas, las cuales, podrían darle la oportunidad de anunciar algunos cambios en su plan y, tal vez, proporcionar algunas pistas sobre lo que sucederá después de septiembre. Según Julien-Pierre Nouen, economista jefe de Lazard Frères Gestion, «la publicación en marzo de las nuevas proyecciones económicas del BCE podría darle la oportunidad de anunciar algunos cambios en su plan y, tal vez, proporcionar algunas pistas sobre lo que sucederá después de septiembre». Como la actual expansión económica en la zona euro es en gran media autosostenida, desde Lazard Frères Gestion no esperan un impacto significativo en el crecimiento debido a un cambio gradual en la política monetaria, pues Draghi ha asegurado que en ningún caso finalizarán el programa de flexibilización de forma abrupta. Según James Athey, gestor en Aberdeen Standard Investments, el mercado se lo ha tomado como un mensaje ‘hawkish’ porque el BCE ha tenido algo más de confianza en la inflación y Draghi no ha dado marcha atrás en ninguno de los pronósticos más alcistas para la región realizados recientemente. Fortaleza del euro En cuanto a la fortaleza del euro, Draghi ha admitido que la volatilidad cambiaria representa una fuente de incertidumbre que exige un seguimiento de sus posibles consecuencias a medio plazo en la estabilidad de precios. Sin embargo, a largo plazo, Julien-Pierre Nouen, economista jefe de Lazard Frères Gestion, que la apreciación del euro frente al dólar continuará, especialmente como consecuencia de la mejora en las perspectivas de crecimiento de la zona euro. Como la actual expansión económica en la eurozona es en gran parte autosostenida, no esperamos un impacto significativo en el crecimiento debido a un cambio gradual en la política monetaria o del euro. El euro es uno de los motores de las ganancias corporativas, pero no es el único factor y, probablemente, tampoco el más importante. La clave está en el crecimiento económico global y el crecimiento de la zona euro en sí misma; en este sentido, vemos un fuerte crecimiento en la región que puede mejorar los márgenes y las ganancias de las empresas. Por lo tanto, aunque el euro debería estar más fuerte a largo plazo, no creemos que sea un gran problema para las bolsas europeas. Según James Athey, gestor en Aberdeen Standard Investments, «su principal tarea es intentar mantener cierto control en la subida del euro. Pero en realidad no ha funcionado para nada ya que el ejército de alcistas que se han quedado fuera esperando una caída para comprar no han recibido nada. En cambio, el eurodólar ha superado el nivel de 1,25 y todavía no muestra muchas señales de frenar este inexorable ascenso» aclara Athey. En esta línea, la fortaleza de la moneda requiere monitoreo ya que tendrá una influencia descendente sobre la inflación y puede mantener las tasas más bajas durante más tiempo, según Paul Brain, jefe de renta fija de Newton IM, parte de BNY Mellon IM La reacción del euro ha sido subir una vez más y los bonos europeos declinaron, lo que sugiere que los comentarios generales tuvieron un modesto prejuicio hawkish. Posiblemente esto se deba a la descripción optimista de la economía y la probabilidad de que la inflación alcance su objetivo. «Seguimos creyendo que hay un movimiento muy gradual hacia la reducción de la política monetaria laxa, que se reunirá durante el año. Dada la recuperación económica, no nos sorprendería que el BCE detenga la QE al final del programa actual (18 de septiembre). Dicho esto, el mercado parece demasiado agresivo con las expectativas de tasas. Con el desempleo aún alto, la baja utilización de la capacidad y el fortalecimiento del euro, el BCE creerá que puede permitirse esperar hasta mediados de 2019 antes de poder elevar las tasas. Dicho esto, no les impedirá hablar de aumentos de tarifas poco después de que QE termine» aclara Brain
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