El Consejo Económico y Social (CES), el órgano consultivo del Gobierno formado por expertos y representantes de los sindicatos, de la patronal y de los consumidores, ha publicado su memoria de 2015, en la que hace balance del año y analiza las políticas adoptadas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. El ente constata la recuperación económica pero destaca la ineficiencia de las políticas de empleo y su preocupación por la sostenibilidad del sistema de pensiones.
El Consejo advierte de que la situación que atraviesan las cuentas de la Seguridad Social, no reflejan todavía en la magnitud deseable la mejora del empleo. El órgano lo achaca los menores salarios de las nuevas contrataciones, en el contexto del proceso de devaluación interna que atraviesa la economía española, el aumento en el periodo de crisis del peso relativo del empleo a tiempo parcial y el intenso incremento registrado por las reducciones en las cuotas a ingresar a la Seguridad Social.
"Se debería reflexionar sobre la utilización que en la actualidad se está haciendo de las reducciones en la cotización a la Seguridad Social en el marco de la política de fomento del empleo", indica en el extenso documento. Existe la necesidad de nuevas reformas del sistema que afiancen su sostenibilidad a largo plazo, según el CES, "es necesario situar esta cuestión entre las prioridades de la nueva legislatura, debiendo ser abordada en el marco del diálogo social y en el de la próxima renovación del Pacto de Toledo".
El Consejo señala que la recuperación de empleo no será suficiente, como defiende el actual Gobierno en funciones tras recurrir por enésima vez al Fondo de Reserva de la Seguridad Social, "pasaría no solo por seguir aumentando el nivel de empleo sino, además, por mejorar aquellas características del mismo que repercuten en el nivel de ingresos del sistema".
El órgano reconoce que a largo plazo el factor determinante será la duración de la vida laboral, "de modo que los derechos de pensión más altos derivarán de las vidas laborales más largas", pero destaca que los largos periodos de interrupción laboral "darán lugar a tasas de reemplazo más bajas y una parte importante de la fuerza laboral de hoy y pensionistas de mañana se podrían encontrar con un mayor riesgo de pobreza en edades avanzadas". Entre otras medidas, recomienda al Gobierno la promoción del envejecimiento activo, "que va ligado al fomento de la empleabilidad y permanencia en el empleo como instrumento para reforzar la adecuación de las pensiones y asegurar los ingresos del sistema".
Además pone énfasis en los parados de larga duración, "la persistencia y la insuficiencia de las prestaciones, incluso las de nivel asistencial, hacen necesarios nuevos esfuerzos en el diseño de políticas". De no adoptar medidas eficaces para incrementar su empleabilidad, este problema corre el riesgo de enquistarse, de alcanzar un punto de no retorno y de mantener así un elevado desempleo estructural", advierte el CES en su informe, que teme que una falta de políticas adecuadas de formación pueda provocar una disonancia entre la demanda de empleo y la oferta por la falta de cualificación de los trabajadores. De hecho, el CES apunta a que "la mitad de las ocupaciones" en 2015 se concentraron en empleos "no cualificados y de tipo administrativo".
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