Desde el Fondo Monetario Internacional se volvió a poner de manifiesto que la economía de la eurozona sólo crecerá un 0,8 por ciento este año mientras que la expansión durante 2015 y 2016 alcanzará el 1,3 y el 1,7 por ciento respectivamente. Eso sin olvidar que los técnicos de la institución han echo sonar las alarmas sobre el 40% de posibilidades de que Europa vuelva a la recesión. Una pesadilla que sólo se evitará con reformas estructurales por parte de los países pertinentes.
Por su parte, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha afirmado que el lastre por el endurecimiento fiscal en la zona euro pasará, mientras que el ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schaeuble, desechó la idea de que la mayor economía del bloque monetario corra el riesgo de caer en recesión. "España e Irlanda son actualmente los puntos brillantes dentro de la situación actual" dijo en rueda de prensa Poul Thomsen, director en funciones del Departamento Europeo del FMI.
Según informar la agencia Reuters, en el encuentro, el panel del FMI instó a los países a realizar reformas políticamente difíciles a los mercados laborales y a los sistemas de previsión social para liberar dinero gubernamental e invertirlo en infraestructura para crear empleos y aumentar el crecimiento. Además, llamó a los bancos centrales a ser cuidadosos a la hora de comunicar cambios en políticas para evitar impactos en mercados financieros.
Poul Thomsen, director en funciones del Departamento Europeo del FMI declaró en este marco que, "España e Irlanda son actualmente los puntos brillantes dentro de la situación actual".
Phil Gerson, afirmó sin embargo que el desafío para España es mantener el crecimiento de la economía y la recuperación del empleo. "Eso supone preservar las ganancias competitivas logradas", explicó. En este sentido, indicó que nuestro país debe seguir intentando paliar la "crisis del desempleo", de ahí que recomendase que "la moderación salarial deba continuar". Desde su punto de vista, habría que aprovechar la renovada mejoría en nuestro país para pactar una subida de sueldos. Una receta que desde el FMI, el Departamento Europeo no consideró apropiada.
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