Los analistas de JP Morgan AM explican que "una forma sencilla de medir la reciente volatilidad es contando el número de días en los que los mercados de renta variable se han movido más de un 1% en cualquier dirección". Y así, apuntan a que en las primeras seis semanas de año, el S&P 500 ha oscilado +/- 1% en 20 días, lo que equivale aproximadamente a tres días por semana. "Esto supone más que en todo 1993 o 1995", indican, recordando que "a ese ritmo, este año tendría 180 días con movimientos de +/- 1%, lo que supondría más que cuando nos encontrábamos en la cima de la crisis de la eurozona y la crisis financiera".
La pregunta ahora es cuánto van a durar estos vaivenes. "Es improbable que los mercados continúen rotando con esta magnitud y frecuencia, pero con los temores acerca del crecimiento global, las oscilaciones en los precios de las materias primas y las políticas monetarias radicales a nivel global, es probable que 2016 continúe siendo un año inestable para los inversores", explican desde la firma.
Que el entorno es complicado no es ninguna novedad. Jorge López, analista de XTB, explica que "los focos de incertidumbre siguen existiendo y no han desaparecido. Incluso los mismos podrían incrementarse". Sin embargo, considera que algo que en el corto plazo podría ser positivo, como son la bajada de tipos hasta llegar a una rentabilidad negativa, "incrementaría el flujo de capital y endeudamiento que favorecería el factor consumo que de manera directa mejoraría el gran problema que tenemos de inflación".
Aún así, y a pesar de mostrarse positivo en renta variable gracias a la actuación del Banco Central Europeo (BCE), el experto advierte que "el tiempo también nos ha hecho ver que en el medio plazo los tipos negativos pierden eficiencia e incluso son perjudiciales, ya que los niveles de endeudamiento se estancan, la liquidez dentro de los activos monetarios se reduce y es poco eficiente y atractivo para el inversor".
Frente a quienes se preguntan si la situación actual del mercado podría parecerse a la vivida en 2008, los analistas de Andbank consideran que "observando el gráfico de alcistas-bajistas, tanto por duración, como por intensidad del deterioro de la confianza, estamos ya inmersos en un 2012, pero aún no en un 2009".
Desde la firma, sin entrar a valorar que va a hacer el mercado, explican que "no nos parece el momento óptimo para tener grandes sesgos sectoriales o por estilos de gestión, ya que una vuelta del mercado te puede dejar fuera y también puede ocurrir en caso de profundizar en las caídas".
Insisten en que el inversor debe permanecer muy atento a los indicadores que den nuevas pistas sobre hacia dónde se dirige el crecimiento mundial, "tras dos meses donde las caídas superan los dos dígitos en los mercados de renta variable, los diferenciales de crédito (tanto HY como IG) se han ampliado hasta niveles de 2013, el crudo cotiza en niveles de 2015, y sigue la incertidumbre sobre China".
A su juicio, y ante este panorama, consideran que la tolerancia al riesgo de cada cliente marcará en gran medida la toma de decisiones de inversión. "La premisa básica y tónica común a todos los perfiles es la preservación del capital (si caes un 50%, para recuperar debes subir un 100%). Esto es más visible y patente en los perfiles más agresivos y sobre todo con las caídas observadas en los mercados, donde la decisión de reducir al 0% las carteras puede resultar en cierto modo contraproducente", insisten.
Desde XTB, Jorge López, advierte que no hay que fiarse de los rebotes puntuales del mercado. "Estas subidas corren el riesgo de verse limitadas de nuevo". Según indica, el peligro llegaría de la mano de alcanzar unos niveles lo suficientemente óptimos, que provocará el cierre masivo de posiciones por parte de los mismos inversores que han estado atenazados por el miedo. "Aunque todavía esa situación aún queda lejos, parece que el optimismo podría reinar en el mercado las próximas jornadas", sentencia.
hemeroteca