Los buenos datos manufactureros que se han conocido tanto en China como en la Zona Euro han empujado las subidas en una sesión donde la volatilidad ha estado de nuevo muy presente. El PMI manufacturero del gigante asiático arroja una lectura de 50,2 en mayo, en línea con lo esperado y ligeramente por encima del 50,1 de abril. Al mismo tiempo, el dato HSBC repunta hasta la zona de 49,2, desde el 49,1 del dato preliminar; se trata del tercer mes consecutivo en zona de contracción (por debajo de 50).
En España, este indicador ha ascendido hasta el nivel más alto en ocho años: 55,8, desde 54,2 en abril. El mayor crecimiento se ha producido en producción, empleo y nuevos pedidos; pero también llama la atención el incremento de los costes, registrándose la primera subida de los precios de venta en cinco meses. Para el conjunto de la Zona Euro el ascenso es algo más moderado de lo previsto y el PMI manufacturero alcanza en mayo niveles de 52,2, frente a 52 anterior y 52,3 previsto. La producción cede hasta 53,3, pero los nuevos pedidos ascienden hasta 52,7.
La macroeconomía será una de las tres variables que marcará el devenir de los mercados en esta primera semana de junio. Más allá de los indicadores manufactureros y de servicios (que se conocerán el miércoles), el dato principal, no obstante, será el Informe de Empleo de mayo de Estados Unidos, que se publicará el viernes. La "salud" del mercado laboral es clave para la Reserva Federal (Fed) y aunque este dato, a no ser que sorprenda de forma excepcional, no cambiará la decisión de la autoridad monetaria de mantener los tipos en su reunión de junio, lo cierto es que sí podría traducirse en un sesgo más claro de cara al posible incremento del dinero en los próximos meses.
Antes, los inversores deberán "hacer frente" a la segunda variable: el encuentro del Banco Central Europeo (BCE) del miércoles. Tampoco se esperan cambios en la política monetaria, pero será importante que se muestre comprometido con el plan de compras masivas de deuda (QE) a pesar de la mejora macro, del crédito y los indicios de recuperación de la inflación.
Su presidente, Mario Draghi, deberá mostrar su claro compromiso con las medidas expansivas y también su postura respecto a Grecia (el tercer factor en discordia, pero no por ello el menos importante). Recordemos que Atenas debe pagar este viernes 300 millones de euros al Fondo Monetario Internacional (FMI) y, aunque de momento este "abono" no se pone en duda, sí están en el aire los restantes y la cercanía de un acuerdo, a pesar de que las autoridades helenas muestran su optimismo día tras día, mientras los acreedores atajan cualquier esperanza y piden más compromisos de reformas.
Desde el Departamento de Análisis de Bankinter explican que, de cara a los próximos días, Grecia cederá algo y las autoridades liberarán los famosos 7.200 millones de euros pendientes del último tramo del 2º rescate. A su juicio, "la intervención americana en el G7 podría conseguir que el acuerdo sea más bien rápido", ya que entran en juego cuestiones geoestratégicas que conviene no perder de vista. Los expertos apuntan a que "Estados Unidos no está dispuesto a empujar a Grecia hacia el ámbito de influencia de Rusia y promoverá lo que podríamos denominar un desenlace disfuncional constructivo consistente en encontrar la excusa para entregar los 7.200 millones de euros y en 3 o 4 meses empezar a cerrar el tercer rescate para Atenas". Desde Bankinter recuerdan además que el BCE podría elevar los "haircuts" sobre los colaterales que entregan los bancos griegos para obtener liquidez, "lo que abreviaría el desenlace" del culebrón griego.
En este contexto, "aun siendo complicado determinar los movimientos de las Bolsas en el muy corto plazo, reiteramos nuestra idea de que los recortes deberían aprovecharse para incrementar posiciones en renta variable con una visión de medio plazo", afirman los analistas de Renta 4.
Mientras, el mercado de deuda sigue sin acompañar, con la rentabilidad del bono a diez años subiendo hasta el 1,93%, el nivel más alto desde noviembre del pasado año, lo que ha llevado a la prima de riesgo hasta los 140 puntos básicos, desde los 136 puntos del pasado viernes. En tan solo un mes, el indicador que mide el diferencial entre el rendimiento del bund alemán y el bono español a diez años ha subido un 28% (desde los 106 puntos básicos que marcaba a principios de mayo).
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