Bancos centrales, petróleo y China. Son los tres factores que determinarán el devenir de los mercados en los próximos meses a juicio de Rosa Duce, economista jefe del centro de inversiones de Deutsche Bank y Diego Jiménez-Albarracín, responsable de renta variable de la firma.
A juicio del experto, en un entorno de tipos bajos y máxima volatilidad en el mercado de materias primas, "lo que nos queda por eliminación es la renta variable". La firma mantiene una visión muy positiva para las Bolsas desarrolladas. "Las europeas no están caras, con un PER del MSCI Europe por debajo de la media histórica y perspectivas de beneficios positivas", indica.
Los expertos manejan un cierre de año para el Eurostoxx en 3.650 puntos. Y para el DAX alemán en 11.700. En EEUU son menos optimistas, ante un ciclo alcista que aún no se ha agotado pero que se encuentra en niveles elevados, viendo al S&P 500 en 2.200 enteros.
Para la Bolsa española, sitúan el precio objetivo del Ibex en 11.000-11.500 puntos "si todo sale bien". Consideran que la incertidumbre política se verá compensada por otros factores tanto externos, como el favorable impacto en la economía nacional de la caída de los precios del crudo o del euro, como internos, con un mayor tirón del sector consumo. "La piedra en el zapato para algunos valores como Telefónica, Santander o Mapfre, es Brasil, pero consideramos que muchos de sus efectos ya están descontados", indican desde la entidad.
Entre las compañías que más les gustan para configurar una cartera de Bolsa española son las empresas con rentabilidad por dividendo históricamente probada, y con visibilidad de ingresos. Entre ellas, destaca el sector eléctrico o de distribución, con Iberdrola como favorita acompañando a REE o Enagas. "Acciona también nos gusta por su exposición a renovables y porque está consiguiendo muchos contratos. Por exposición a Europa del Este, también nos gusta Ferrovial", indican.
La banca europea también gusta mucho a los expertos. En referencia a la española, han reducido su apuesta por BBVA y Santander por su exposición a economías emergentes. "En banca doméstica uno de nuestros favoritos es Bankia, por la posibilidad de que sea absorbida por otra entidad", indica Jiménez-Albarracín, que sin embargo es consciente de que es mal momento para una operación así por la caída de precios en el mercado. Aún así, confían en el repunte del sector ante la caída de la morosidad, el desplome de las provisiones, y una mejora prevista en los márgenes de las entidades.
Ante la situación actual del Ibex 35, desde Deutsche Bank indican que "cualquier rebote en el Ibex podría ser mucho más violento que en otro índice" europeo, tras las fuertes caídas sufridas en la recta final de 2015 y el comienzo del nuevo ejercicio, en el que el selectivo se ha comportado incluso peor que el FTSE 100, pese al enorme peso de las empresas ligadas a las materias primas en este indicados. "El castigo a los activos de riesgo españoles es un hecho. Pero cuando mejore, el rebote puede ser muy violento". Pero cuidado. Los expertos explican que si la mejora de la economía no es constante, ese rebote puede convertirse en una caída igual de violenta. "Para los traders y los amantes del riesgo el Ibex a 8.800 es un regalo", insiste Jiménez-Albarracín.
Sin embrago, la apuesta a la renta variable por falta de alternativas puede ser un problema, y los gestores deben tener mucho cuidado con el perfil de cada cliente al que asesoran. Jiménez-Albarracín explica que "a medida que sea más conservador, menos le aconsejamos estar en Bolsa". Para aquellos que quieran asumir algo más de riesgo sin una gran exposición a los parqués mundiales, la firma está recomendando fondos flexibles y mixtos, capaces de moverse según lo que haga el mercado. "Actualmente, estos fondos están fuera de Bolsa, porque por estatutos, si el índice VIX sube del 20%, se tienen que salir".
A juicio de los expertos, este es uno de los motivos de la volatilidad que en las últimas semanas domina el mercado. "Si las grandes gestoras están fuera de Bolsa, hay menor volumen y más volatilidad que, a su vez, obliga a las gestoras a estar fuera".
Aún así, confía en que cuando la situación se normalice, los grandes movers vuelvan a entrar en el juego del parqué. "También es un error "vender" en este momento", explica Rosa Duce, en alusión al peligro que puede suponer para los inversores conservadores asumir más riesgo del que realmente son capaces de asimilar. " En un escenario de tipos cero los conservadores piden más riesgo, pero cuando llega la volatilidad entran en pánico porque no lo soportan. Lo que deben hacer es conformarse con una rentabilidad más baja, a cambio también de una menor volatilidad".
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