Solo durante la pasada semana se produjeron dos movimientos muy significativos en el mercado. La firma estadounidense Neuberger Bermang anunciaba la apertura de una oficina en Madrid. Y pocos días después, también se conocía la intención de BMO Global AM de seguir estos pasos en los próximos meses, después de fichar a Luis Martín, director de ventas para BlackRock en la península hasta el pasado mes de julio, como nuevo director de ventas para España y Portugal.
Son solo dos ejemplos, que si se amplía el horizonte temporal, podrían multiplicarse. El pasado mes de julio, era Natixis Global AM quien presentaba el desembarco de su nueva gestora en España, DNCA Finance. Una entidad que aún tiene en Francia e Italia sus principales mercados, representando casi el 83% de los activos bajo gestión. Y aunque miran a otros mercados de crecimiento como el alemán o algunos países latinoamericanos, la boutique francesa se ha fijado el objetivo de convertir a España en una de sus prioridades para los próximos 3 años.
Para ello, ofrecen ya seis fondos traspasables y registrados en España, entre los que destacan tres de sus productos más populares: el DNCA Invest Eurose, el DNCA Invest Value Europe y el fondo de retorno absoluto DNCA Invest Miuri. Pero la estrategia más destacada de la casa es el DNCA Eurose, con más de 8.000 millones de euros en activos. El objetivo de gestión de este fondo es diversificar cartera mediante la gestión activa de acciones y bonos en la Zona Euro.
Un boom que va a más
El registro de productos internacionales en la CNMV también refleja el interés de las gestoras extranjeras por no perderse el boom de los fondos de inversión entre los inversores españoles. Y la actividad está siendo frenética durante este inicio de septiembre. Según datos del organismo, el número de IIC extranjeras registradas en el periodo asciende ya a 12, y todo apunta a que este se convertirá en el mejor mes del año en este sentido superando a marzo, cuando se registraron 16 IIC extranjeras en los registros del regulador. Entre las recién llegadas al espacio nacional están Lord Abett (con el registro de Lord Abbett Passport Portfolios) o Flossbach von Storch.
De hecho, el patrimonio total de las Instituciones de Inversión Colectiva (IIC) extranjeras comercializadas en España ronda ya los 114.000 millones de euros, lo que supone un incremento en el volumen de activos de 24.000 millones durante el primer semestre del año. Las suscripciones netas en los seis primeros meses de 2015 ascienden a 18.222 millones de euros, acercándose a los 20.802 millones que las IIC nacionales captaron en el mismo periodo.
Esta evolución fue la que también impulsó a firmas como Nordea a abrir su primera oficina en España el pasado año. "Abrimos oficinas aquí para ofrecer un mejor servicio al cliente español, con productos que encajan con su perfil, que es muy conservador, más que el de otros países europeos", explicaba entonces Christophe Girondel desde la entidad. La firma también ha decidido este 2015 reforzar su equipo en España con la incorporación de Lorenzo González a su equipo de distribución en España, dirigido por Laura Donzella y del que forma parte también Carlo Fassinotti y Ana Rosa Castro, que da apoyo al equipo desde Luxemburgo.
Más allá de las economías de escala
Los expertos señalan que las firmas extranjeras ganan cada vez más atractivo entre los inversores nacionales gracias a una mayor especialización y su capacidad para ofrecer valor añadido en ciertos mercados. Y las gestoras nacionales saben que deben avanzar en ese camino para competir con estos grandes grupos extranjeros.
Fuentes del mercado se muestran confiadas en que "los bancos tradicionales se mantienen como la primera referencia en lo que respecta a comercialización de productos", y aseguran que "la entrada de nuevos jugadores representa un aliciente para seguir mejorando, sobre todo en lo que se refiere a la individualización de la propuesta de inversión y la determinación del perfil de riesgo".
En el mismo sentido se manifiesta Ángel Martínez Aldama, presidente de Inverco, quien asegura que lejos de suponer un riesgo para las gestoras nacionales, la llegada de nuevos jugadores al país son una oportunidad. "Se han demostrado sinergias entre grupos domésticos e internacionales, y estas últimas están canalizando sus inversiones por dos vías: los servicios de banca privada de las entidades domésticas y a través de los fondos de fondos de terceros", explica. A su juicio, "al final se trata de tener una mejor oferta, mejores productos y que los inversores tengan acceso a más oportunidades".
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