La caída generaliza de precios de la economía española está condicionado por un desplome de los productos energéticos (gas, electricidad, carburantes…), sin ellos, que están muy sometidos a la volatilidad, la inflación se mantiene estable al 0,2% en tasa interanual, descartando un escenario de deflación estructural.
El INE ha publicado el dato confirmado de IPC de marzo que muestra una subida de los precios respecto al mes anterior. Subió seis décimas hasta el menos 0,7%, abandonando los mínimos de enero cuando llegaron al menos 1,3%. Pese a la mejora de los precios en los dos últimos meses, el IPC encadena el noveno mes consecutivo de tasas negativas. El FMI define la deflación cuando se da en dos trimestres consecutivos.
Sin embargo, los expertos apuntan que para diagnosticar la espiral de precios a la baja hay que fijarse en la inflación subyacente, que excluye del análisis los productos energéticos y alimentos frescos. En este caso se mantiene por tercer mes consecutivo al 0,2%, después que en los últimos tres meses del año pasado se situará en terreno negativo por una décima.
Los precios están remontando gracias al comportamiento del transporte, que elevó su tasa más de dos puntos respecto a febrero, hasta el -3,5%, por el encarecimiento de los carburantes y lubricantes.
También ha influido en la subida interanual del IPC el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas, que incrementó su tasa dos décimas, hasta el 0,4%, por la evolución de los precios del pescado fresco, las frutas frescas y los aceites, así como el grupo de ocio y cultura, que elevó seis décimas su tasa, hasta el -0,4%, por el encarecimiento de los precios de viaje organizado.
En contraste al repunte de estos tres grupos, la tasa interanual del grupo de vivienda bajó en marzo una décima, hasta el -2%, por el descenso de los precios de la electricidad, el gas y otros servicios relativos a la vivienda, que se vieron compensados en su mayor parte por la subida de los precios del gasóleo para calefacción.
hemeroteca
