"No consideramos que la incertidumbre política esté penalizando de forma adicional a la renta variable, pero sí a la inversión extranjera", explican los analistas de XTB. Y este hecho queda perfectamente reflejado en la paralización de proyectos en sectores tan importantes para la economía nacional como el capital riesgo. "Hay un compás de espera por la incertidumbre política, que no cancela los proyectos, pero sí los retrasa, también en la captación de fondos", indican fuentes del sector, refiriéndose principalmente a la actividad de los fondos internacionales.
Lo mismo ocurre en el sector inmobiliario, que en los últimos años había atraido las compras de los inversores extranjeros en busca de buenos precios en zonas prime de ciudades como Madrid o Barcelona. Durante un reciente encuentro organizado por PwC, representantes de Merlin, Colonial o Neinor confirmaban que los inversores internacionales están "empezando a asustarse" ante la incertidumbre política, mirando con mayor grado de prudencia al país. "Que Dios coja confesado a quien tenga que salir al mercado a financiarse mientras dure esta incertidumbre", advertía Ismael Clemente, presidente de Merlin.
Los expertos recuerdan que, hasta hace un mes, los inversores internacionales eran incluso más positivos que los nacionales y sólo se centraban en observar la marcha de la economía, obviando el plano político. Una situación que ahora se habría dado la vuelta. Sobre todo tras las recientes advertencias de algunas agencias de rating como Moody’s, que ya ha rebajado la perspectiva sobre la deuda española de positiva a estable.
Aún así, los mercados financieros están soportando bien la presión. De hecho, la prima de riesgo nacional ha escalado en línea con la de otros países periféricos, ante unos inversores que vuelven a buscar en el bund alemán el tradicional refugio, por porco rentable que sea. La diferencia entre la rentabilidad ofrecida por la deuda española a diez años y el bono de referencia alemán se sitúa en 145 puntos básicos, desde los 115 en los que cerró 2015. Y las emisiones de deuda del Tesoro siguen teniendo demanda, también internacional, colocándose los plazos más cortos aún a tipos negativos.
Por su parte, el Ibex 35 pese al fuerte recorte del sector bancario, mantiene las pérdidas en el año en la misma línea que sus pares europeos. El selectivo se deja un 13% en el año, frente al 19% que pierde el índice italiano de referencia, y en línea con el 10% que pierde el Eurostoxx 50 o el 12% que se deja el Dax alemán.
Aún así, Société Générale destaca que hay ciertos riesgos que preocupan a los inversores. "Este tipo de inestabilidad política, junto con la falta de intención reformista en la mayor parte de los programas, reduce las probabilidades de una consolidación fiscal significativa o modificaciones estructurales tras los comicios. Esto podría poner en riesgo la sostenibilidad de la deuda pública española en el medio plazo", asegurn.
Desde Link Securities hablan de "formaciones políticas que continúan con sus tacticismos y su ‘juego político’". Para estos expertos, en estos momentos, sólo hay dos opciones: una gran coalición de gobierno (con importante presencia de independientes) o nuevas elecciones. Este segundo supuesto, señalan, sería "muy negativo para la economía del país y para sus mercados financieros, ya que tanto particulares como empresarios podría comenzar, si no lo han hecho ya, a retrasar decisiones de compra y/o inversión".
Con todo, reconocen que por ahora "el comportamiento de la Bolsa española, a pesar de ser algo peor que el del resto de principales mercado europeos, creemos que está obviando bastante esta incertidumbre política. No obstante, entendemos que un anuncio de nuevas elecciones terminaría teniendo un impacto muy negativo en este mercado e, incluso, en el de bonos".
En este sentido, Jennifer McKeown, economista senior para Europa de Capital Economics, apunta a que el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos "no garantiza la formación de gobierno y podría haber nuevas elecciones en poco tiempo". Coincide al señalar que "si bien la economía ha resistido la incertidumbre bien por el momento, hay señales ya de un daño a la confianza que podría contribuir a una desaceleración este año".
El PMI compuesto se mantuvo alto en enero (a pesar de las caídas que han mostrado otros países de la Zona Euro) y el PIB del cuarto trimestre ha sufrido un debilitamiento "modesto". Al mismo tiempo, el rendimiento del bono a diez años apenas se ha movido, frente al fuerte aumento de la deuda al mismo plazo portuguesa tras su propia "confusión postelectoral y el nuevo Presupuesto".
Sin embargo, advierte, "sería complaciente asumir que la situación política de España seguirá teniendo poco impacto económico". Por ejemplo, los indicadores adelantados, como la confianza del consumidor e industrial pueden estar moviéndose a la baja "y los mercados podrían preocuparse sobre la perspectiva fiscal si el nuevo gobierno anuncia aumentos de gastos o recortes de impuestos".
Desde hace tiempo, concluye, hemos sostenido que "un poco menos de austeridad sería bueno para la economía española. Pero para convencer al mercado, cualquier retroceso de los ajustes debería ser favorable al crecimiento y las reformas deberían mantenerse". En general, la firma espera una desaceleración del PIB hasta un "saludable" 2,5%, desde el 3,2% de 2015.
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