El mapa del peligro en el mercado

En un contexto en el que los bancos centrales juegan todavía un papel fundamental, algunos de los riesgos actuales guardan relación, a juicio de la gestora, con errores en las políticas. "La devaluación del yuan, en especial, ha planteado considerables preocupaciones en torno a los objetivos de la política de intercambio exterior de China", indican.

Del mismo modo, recuerdan cómo el inicio del ciclo de ajuste de la Fed también ha cambiado el panorama inversor, explicando que "mantener el ritmo correcto en el momento adecuado puede resultar fundamental para no poner en peligro la recuperación de EEUU y las frágiles economías de los mercados emergentes".

Según la gestora, existen otros riesgos asociados al creciente endeudamiento del sector privado, sobre todo en los mercados emergentes, e inquietudes en torno a la liquidez, especialmente en el ámbito de los bonos. "Las tensiones geopolíticas y una delicada gobernanza europea, incluso más confusa tras los resultados no concluyentes de las elecciones españolas, aumentan la incertidumbre del complejo y delicado entorno macroeconómico", indican.

Así, consideran que su ‘mapa del riesgo’ presenta un aspecto congestionado, p"or lo que creemos que resulta prudente mantener coberturas para proteger a los inversores todo lo posible de la volatilidad excesiva y abordar los riesgos estructurales, que podrían tener significativos efectos perturbadores sobre los mercados".

Bajo este mapa del riesgo, la gestora mantiene su apuesta por los activos de riesgo, aunque maximizando la prudencia. "La renta variable global se ha visto especialmente afectada por la aversión general al riesgo, y la volatilidad sigue alta en los diferentes activos. Fundamentalmente, el crecimiento global, los bajos tipos de interés y el bajo nivel de inflación siguen favoreciendo a la renta variable. Sin embargo, los peores datos de EEUU, la desaceleración de China y la inestabilidad del precio del petróleo han desestabilizado el mercado de manera continua", indican. Así, mantienen una perspectiva de prudencia respecto de la renta variable mediante coberturas, con la intención de aumentar las posiciones en esta clase de activo con una perspectiva a largo plazo tras la reacción excesiva del mercado.

Mientras que se mantienen infraponderados sobre EEUU, observan potencial para la renta variable en euros sobre la base de una perspectiva macroeconómica moderadamente positiva. "La expansión monetaria, la depreciación del euro y los bajos precios del petróleo favorecen en gran medida a las ganancias, y las valoraciones son atractivas. Sin embargo, los riesgos externos han repuntado considerablemente", advierten.

En mercados emergentes, consideran que el contexto económico sigue siendo frágil y se espera que el crecimiento de los beneficios por acción sea bastante bajo: "el comercio internacional sigue deprimido y la proyección de los precios del petróleo se mantiene baja. No hay ninguna perspectiva de subidas por el lado de los ingresos a corto plazo", indican. Así, supervisan esta clase de activo con una perspectiva a largo plazo.

Para renta fija explican que el contexto económico y las valoraciones no resultan especialmente atractivos para los rendimientos de los bonos estatales. Dicho lo cual, la aversión al riesgo, los factores técnicos y las compras de los bancos centrales deberían limitar las presiones al alza sobre los tipos de interés den 2016. En el ámbito del crédito, sí ven oportunidades selectivas. "En EEUU la huida hacia activos de calidad y la subida de los precios han sido limitadas si se comparan con la magnitud de las ventas de activos de riesgo, en un contexto de ajuste de las valoraciones y numerosas ventas de deuda por parte de China. No se observa valor en los bonos, pero la incertidumbre y la aversión al riesgo pueden mantener bajos los tipos de interés", indican.

En Europa, esperan que los rendimientos a corto plazo sigan en niveles bajos, favorecidos por las compras de los bancos centrales actuales, las expectativas de estímulos adicionales del BCE y la aversión al riesgo. Respecto a la deuda corporativa, la perspectiva económica favorece a los bonos corporativos en euros, con variaciones por sectores. Nos gustan los bonos corporativos con grado de inversión europeos con respecto a los de EEUU.
 

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