Desde que arrancara 2017, y al calor de las promesas fiscales y de inversión del presidente de EEUU, Donald Trump, el S&P 500 acumula ganancias superiores al 5% (próximas al 10% si miramos al tecnológico Nasdaq). Sin embargo, el S&P 600, que aglutina valores de menos capitalización, small caps, se contrae un 1%. Con todo, desde las elecciones su saldo aún es positivo… Sin embargo, el comportamiento bursátil de estas compañías llama la atención de John Higgins, de Capital Economics, pues podría ser “un mal presagio” para la Wall Street y, de su mano, quizá también para la Bolsa europea. Recuerda este experto que “tres episodios desde la última crisis financiera” corroboran esta advertencia: durante la primavera de 2010, el verano de 2011 y el invierno de 2015, los grandes valores cayeron bruscamente cuando las small caps habían hecho lo propio previamente. Ahora bien, reconoce, también durante el otoño de 2009 y la primavera-verano de 2014, las compañías de mayor capitalización siguieron subiendo cuando las pequeñas no lo hicieron. No apuesta esta firma por una gran corrección, pero sí cree que el S&P 500 probablemente cierre el año “un poco por debajo de los niveles actuales”, en los 2.300 puntos. Y, añade: “Seguimos opinando que la presión sobre los márgenes de beneficio (ante el incremento de la inflación salarial y una renovada fortaleza del dólar) limitará las ganancias posteriores”. Prevén que acabe 2018 en los 2.400 enteros. Recordemos que a James Ogilvy, gestor-analista de small caps de Lazard Frères Gestion, llama la atención sobre el potencial de estos valores. Destaca que suelen ser menos volátiles y, aunque parezca un “universo lejano”, aglutina a “miles de corporaciones” a las que se les hace menos seguimiento, pero que “ofrecen un entorno que crea las condiciones ideales para los inversores que buscan valores de alta calidad e infravalorados”. Mientras que Richard Turnill, director mundial de estrategia de inversión en BlackRock, apunta que la reactivación económica impulsa unas mayores ganancias para las empresas estadounidenses de pequeña capitalización. Por lo general, esta clase de activo obtiene mejores resultados durante los periodos de aumentos de tipos (…) Los recortes de impuestos conformarían un impulso adicional que beneficiaría drásticamente a las small caps , dado que se enfrentan a unos tipos impositivos efectivos superiores”.
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