El mensaje del Papa

"Dirijo […] un llamamiento a la Comunidad para que encuentre el modo de ayudar eficazmente a las partes interesadas, a ampliar sus horizontes más allá de los intereses inmediatos y a utilizar los instrumentos del derecho internacional y la diplomacia, para resolver los conflictos en curso". Con estas palabras se pronunciaba sobre la crisis de los refugiados el Papa Francisco en su discurso en el Vaticano el pasado 9 de octubre. "La guerra trae destrucción y multiplica el sufrimiento del pueblo. La esperanza y el progreso solo se consiguen con opciones de paz", añadía el Pontífice sobre el conflicto sirio.

Tras numerosas reuniones entre los principales dirigentes mundiales en los que nadie quiere hacerse cargo de aquellos que huyen de la guerra, las soluciones continúan sin llegar. El Sumo Pontífice se ha sumado en numerosas ocasiones a defender la ayuda al colectivo refugiado, e incluso ha llegado a proponer que cada comunidad cristiana (parroquias, monasterios…) acoja a una familia de refugiados. De hecho, desde el pasado 6 de septiembre, cuatro miembros de una familia siria están hospedados en la comunidad parroquial de Santa Ana en el Vaticano, según informó la Santa Sede.

El próximo 17 de enero de 2016 se celebrará la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado. El Sumo Pontífice dirigirá estas duras palabras durante el acto: "La indiferencia y el silencio abren el camino a la complicidad cuanto vemos como espectadores a los muertos por sofocamiento, penurias, violencias y naufragios. Sea de grandes o pequeñas dimensiones, siempre son tragedias cuando se pierde aunque sea sólo una vida".

En el discurso, adelantado por la Santa Sede, el Papa recuerda que estas personas vienen a Europa para mejorar sus condiciones de vida y para obtener "un honesto y legítimo bienestar para compartir con las personas que aman". También dirigirá unas palabras a los países que están recibiendo el mayor flujo de refugiados, opinando que "deben afrontar los nuevos hechos, que pueden verse como imprevistos si no son adecuadamente motivados, administrados y regulados". Incluso, el Pontífice deja muy clara su posición con respecto a los que especulan y provocan el miedo entre la población a costa de los inmigrantes y defiende que es "indispensable que la opinión pública sea informada de forma correcta". 

Además, el Papa recuerda que no podemos obviar la realidad de la crisis migratoria, que "nadie puede pretender que no lo sabe" porque aparece cada día en los medios de comunicación, y el pasado día 17 hizo un llamamiento a la paz y a la resolución del conflicto: "Todos son consciente de que esta guerra pesa cada vez más de forma insoportable sobre los hombros de los pobres. Tenemos que encontrar una solución, que nunca es la violencia, porque la violencia sólo genera nuevas heridas".

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