En un reciente análisis, los expertos de Henderson (firmes defensores de la gestión activa) explican cómo los productos de estrategia pasiva pueden aportar valor con una condición clave: que el inversor sea extremadamente selectivo. Desde la firma apuntan al valor que pueden aportar los gestores activos, admitiendo que es clave buscar a aquellos que verdaderamente sean capaces de justificar las comisiones más altas con buenos retornos para sus partícipes. Los analistas de Henderson consideran que los gestores activos aportan valor por varias razones. En primer lugar, explican que siguiento un enfoque selectivo, «pueden detectar empresas innovadoras y bien gestionadas y sobreponderarse en aquellos emisores que consideren que ofrecerán grandes resultados en el futuro», siendo capaces además de reaccionar y anticiparse a la evolución de los temas de inversión modificando sus ponderaciones en sectores y tipos de activos. Además, aseguran que «cuando la situación de los mercados es complicada, pueden evitar aquellos ámbitos con perspectivas en situación de deterioro, lo cual contribuye a proteger su capital». Ante estas particularidades, la firma también reconoce el valor de los enfoques de inversión pasivos. «Aunque no somos proveedores de fondos de inversión pasivos, algunos de nuestros gestores activos, concretamente, los del ámbito de multiactivo, recurren a vehículos pasivos para alcanzar sus objetivos de inversión». Explican que estas estrategias suponen un medio rápido y asequible de obtener exposición a determinada clase de activos y pueden ser una manera eficaz de expresar pronósticos sobre el rumbo del mercado o la asignación de activos. «En nuestra opinión, el debate no debería girar en torno a si un enfoque resulta mejor que el otro, sino que debería centrarse en cuándo recurrir a gestores activos y cuándo recurrir a gestores pasivos», explican. De cara al futuro, los expertos advierten de los riesgos que, por otro lado, tienen este tipo de estrategias, sumándose a voces como Bernstein o Goldman Sachs, que ya han alzado la voz sobre el impacto en una mala asignación de capital que puede tener un enfoque pasivo ‘indiscriminado’. «Los inversores que siguen un enfoque activo actualmente asignan en función de variedad de factores como, por ejemplo, si perciben buenas o malas prácticas empresariales, la innovación, la disciplina en la gestión de las finanzas de una empresa y la valoración», indican, recordando que es asó como son quienes asignan y fijan los precios del capital en una economía funcional. «Sin este mecanismo de fijación de precios, las empresas consolidadas podrían permitirse que la productividad cayera o las normas sobre gobierno corporativo decayeran sin asistir necesariamente a la consiguiente caída de sus cotizaciones o su capacidad de acceso a capital», insisten. En lo que respecta a la gestión activa, y de cara a los próximos años, desde Henderson apuntan a factores de crecimiento como el auge de las inversiones sostenibles. «Los gestores activos podrían asistir a un aumento de la demanda de carteras con estilos de inversión socialmente responsables que reflejen determinados valores», indican, explicando que este enfoque más holístico «contribuye a impulsar las rentabilidades relativas positivas y constituye una parte importante de la inversión que ignoran numerosos fondos pasivos».
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